Hace muchos años hubo un estudio en el que se encontró que en nuestro país había 172 de estas organizaciones, en la actualidad deben ser más. Son grupos cohesionados por una doctrina heterodoxa y controlados por un líder que se dice ser elegido por la divinidad y poseedor de la verdad absoluta.
La Nueva Jerusalén se estableció en 1973. Se dice que una anciana, conocida como Mamá Salomé, tuvo una visión en la que habló con la Virgen del Rosario, quien le ordenó que iniciara una comunidad “protegida por la divinidad”. En el proceso se alió con el cura de Puruarán, Nabor Cárdenas Mejorada. Este personaje era un cura católico que no aceptó los lineamientos del Concilio Vaticano II, por lo que fue excomulgado y encabezó la formación de una nueva organización religiosa, desde entonces se le conoce como Papá Nabor. Con sus ideas fanatizantes atrajo a un gran número de seguidores que en la actualidad se dicen ser entre diez mil y doce mil. Así es como se funda la Iglesia Católica Tradicional de la Ermita.
Una vez establecida la secta se establecieron reglas jerárquicas con Papá Nabor y Mamá Salomé como oráculo, esto era muy importante porque esa estructura establecía relaciones de poder. Al mismo tiempo se hacía una diferenciación social y se establecían mecanismos de control. La población se dividió en consagrados y no consagrados. Los hombres consagrados son clérigos y santos varones, las mujeres son monjitas y doncellas. Los no consagrados tanto hombres como mujeres se les considera vivientes. Tanto unos como otros tienen que vivir dentro de las reglas establecidas.
Al morir Mamá Salomé en septiembre de 1982 dos mujeres trataron de llenar el vacío: Mamá María Margarita y Mamá María de Jesús, esta última apoyada por Papá Nabor se convirtió en el nuevo oráculo. A diferencia de otras sectas en que el Patriarca es absoluto, en esta secta el Patriarca es legitimado por el oráculo. En el año 2000 Nabor fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, lo que limitó sus actividades y apareció un nuevo personaje “Agapito” que auxiliaba a Papá Nabor en su conducción de la Nueva Jerusalén. En 2008 al morir Papá Nabor tomó el mando Agapito, que se hace llamar Martin de Tours. El mando de la secta quedó dividido entre el nuevo Patriarca y Mamá María de Jesús como su oráculo.
El conflicto político aparece al finalizar el año escolar 2011-20012. Los jerarcas de la secta deciden que la educación laica del gobierno está en contra de sus creencias , por eso un grupo, como la mitad de la población, no quieren que la escuela sea solamente un instrumento de adoctrinamiento religioso. Este grupo es marginado de la secta y los tradicionalistas destruyen la escuela. Este es el fondo del conflicto.
Lo que está en juego es la separación de la religión y el Estado. Esta es una característica de los estados modernos, que implica el respeto a la diversidad de pensamiento. Es parte de la modernidad. El conflicto se agudiza el 5 de julio de 2012. Los tradicionalistas destruyen e incendian la escuela “Vicente Guerrero”, lo que confronta a la población que quiere que funcione la escuela pública y que no sea solamente un lugar de enseñanza religiosa. El gobierno negó la autorización de que la secta establezca un currículo diferente al nacional. Para evitar choques entre los habitantes establece una escuela con aulas provisionales en La Injertada, la Comisión de Derechos Humanos se opone a que los niños tengan que salir de la comunidad para ir a la escuela. Los maestros también se oponen a dar clases fuera de la comunidad. Los padres de los disidentes han habilitado casas dentro de la comunidad donde asisten niños y los maestros son estudiantes de secundaria que colaboran como voluntarios.
El conflicto planteado es el ya conocido, la educación como instrumento religioso de control y la educación laica con ideas modernizantes para vivir en un mundo globalizado. Los padres de los disidentes argumentan que quieren que los estudios de sus hijos tengan validez oficial, para que puedan continuar sus estudios, Los tradicionalistas se niegan a que la educación sea neutra y quieren que sirva solamente para los objetivos religiosos de la comunidad.
Esta situación trae serias complicaciones tanto para la SEP como para el gobierno michoacano, porque se puede desatar la violencia y no puede haber currículos especiales. El artículo tercero de la Constitución establece la laicidad de la educación y no puede haber excepciones. Los conflictos entre religión y gobierno han sido espinosos en todos los países y siempre han tenido un costo social que daña las relaciones entre personas y entre instituciones.