El segundo escenario era que hubiera un serio conflicto entre los senadores y algunos, especialmente Acción Nacional o los grupos de izquierda trataran de incluir en la votación la transparencia sindical o a lo que han llamado la democracia sindical. De ser esta segunda posibilidad regresaría a ser votada nuevamente en la Cámara de Diputados, en donde encontraría una seria discusión y posiblemente correría el riesgo de ser frenada y enviada a la congeladora a pesar de ser una iniciativa preferente.
Sorpresivamente el Senado incluyó el tema de la democracia sindical, lo que más llamó la atención fue el voto de Mónica Arriola, la hija de Elba Esther Gordillo, que estuvo de acuerdo en la adición del artículo 371, que se refiere a la democracia sindical.
Esto llama la atención por lo inesperado, aún cuando la transparencia en las elecciones sindicales no afecta a los sindicatos que acaban de tener sus procesos electorales. También es de mencionarse que la totalidad de los senadores del PRI, incluyendo a los legisladores del sector obrero votaron a favor de la democracia sindical, lo más notable es que ninguno de los senadores de la CTM subió a tribuna, lo que muchos interpretan que los disciplinaron.
Es claro que en el camino hubo una transformación en el equilibrio político que el nuevo PRI va a tener que confrontar. Y este es el de las nuevas alianzas. A nadie puede pasar desapercibido que en el Congreso del SNTE estuviera presente Carlos Romero Deschamps, porque parece estarse gestando una nueva alianza sindical que tratará a toda costa de proteger los privilegios de sus cúpulas.
El SNTE, encabezado por Elba Esther Gordillo, que ahora tiene seis años más y empata el ejercicio de su encomienda sindical con la Presidencia de la República, lo mismo en el caso de Carlos Romero Deschamps con el Sindicato Petrolero, y según se rumora hay un acercamiento con Hernández Juárez de la Unión Nacional de Trabajadores.
Se rumora que estos tres grandes sindicatos podrían unirse en lo que se llamaría el Centro Único de Sindicatos. La idea es reemplazar a la CTM en la representación obrera ante el mundo político, y en cierta forma, hacer un planteamiento de fuerza ante el nuevo Gobierno de Enrique Peña Nieto. Esto explicaría el voto cetemista en el Senado.
Estas nuevas alianzas vendrían a transformar el espectro político en el sector obrero y una nueva forma de negociar con el ejecutivo federal, que en esta ocasión es el PRI, que siempre ha tenido el poder sindical de su lado, y que va dirigida esta medida de reconfigurar el poder sindical dentro del sistema político. Esta es una forma de explorar las posibilidades de influencia de un grupo político ante un nuevo Gobierno.
Esto lo veremos desarrollarse en los próximos meses en una forma tal vez dramática o incluso en un cambio gradual que dé nuevas fuerzas a grupos sindicales que tradicionalmente no han estado en el centro de la actividad política.
Lo que sigue es la revisión de la minuta en la cámara baja y el proceso puede ser muy diferente a lo que sucedió en el primer proceso. Entonces, los diputados de la izquierda estaban ausentes y la votación estaba realmente en manos del PRI, y los intereses de mantener fuera de la reforma el aspecto de democratización y rendición de cuentas, afectaba al sector obrero y con mayoría en la cámara dejaron fuera este aspecto.
El debate con la presencia de todos los diputados puede ser diferente. Es posible que el presidente electo quiera que salgan estas reformas sin un distanciamiento con el sector obrero, y al mismo tiempo que haya un cambio que se considera necesario.
Para el nuevo Gobierno es importante diferenciarse del viejo PRI, ya que ese ha sido el reclamo de sus adversarios y de sus críticos. Antes de iniciar su mandato, tiene que ganar credibilidad con una actitud que no sea la restauración de viejos estilos de gobernar, sino de una gran apertura al cambio.