El documento señala que la especialista, con Maestría en Criminalística por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y doctorada en Antropología Forense por la Universidad de Granada, España, expuso que el INAH avala la diligencia, “porque se realiza conforme a los protocolos internacionales para la identificación tanto de cadáveres como de osamentas, establecidos en los distintos protocolos a nivel internacional. No veo irregularidades”.
Respecto a las técnicas empleadas en la diligencia de Jojutla, la experta indicó que se inició con una excavación donde se montó una retícula y se observaron las profundidades y dimensiones de la fosa; agregó que existen hallazgos que traen información “y cuando no la traen, la Fiscalía les ha asignado un número de carpeta”.
Aseveró que en la parte de Antropología Física Forense se han revisado dichos hallazgos, “cuando un cadáver cuenta con partes blandas pasa a la cama de medicina legal. En el caso de que sean únicamente osamentas, pasan con nosotros; se hace un armado para reconocimiento para ver cuántos individuos son y a qué pertenecen cada uno de los huesos y en ese momento se determina ahí mismo”.
En su caso, comentó que utilizan las tablas suficientes y el instrumental ostométrico estandarizado, para determinar sexo, edad, estatura, y se busca si tiene algún dato individualizante cada una de esas osamentas que permita identificar de manera más rápida a ese esqueleto.
Torres Sanders también refirió que las excavaciones se realizan “según la situación que tenga el arqueólogo o el antropólogo forense, de ahí se toma la decisión sobre qué técnica, dentro de las distintas que se dan dentro de los protocolos, hay que utilizar para cada caso. No siempre se puede utilizar la misma técnica; eso se decide en el momento”, concluyó.
-Imagen: FGE.-