*Se deriva de las coincidencias de fecha*
El doctor Fidel Alejandro Sánchez Flores, presidente de la Academia de Ciencias de Morelos (ACMor) e investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM, señaló que la ocurrencia de tres sismos de magnitud superior a siete grados, ocurridos el 19 de septiembre de diferentes años, ha sido un suceso cuya probabilidad era muy baja y que es impredecible.
Aunque no existe un patrón definido para que los sismos ocurran en una fecha determinada, la costa oeste de México se encuentra en una zona sísmica donde constantemente se dan los movimientos de las placas tectónicas y se acumula energía que se libera con los movimientos sísmicos.
“Debemos estar conscientes que México se encuentra en una zona altamente sísmica y tenemos que estar preparados permanentemente para saber cómo actuar ante un sismo, debido a que éstos pueden ocurrir en cualquier momento. Efectivamente resulta llamativo que 37 años después del terremoto de 1985 y cinco años después del ocurrido en 2017 se haya presentado un escenario similar; no obstante, los epicentros han sido diferentes y reitero que ha sido un evento de muy baja probabilidad pero no imposible", anotó el presidente de la ACMor.
Apuntó que "además, no podemos decir que septiembre es el mes de mayor incidencia de sismos, ya que los datos del sistema sismológico nacional nos demuestran que la incidencia de sismos por mes es muy pareja. Por lo tanto, es meramente una creencia popular pensar que en septiembre tiembla más y se deriva de estas coincidencias de fecha”.