El titular de la dependencia, Rubén Apáez Omaña, dijo que las personas afectadas habían comprado los recipientes a unos sujetos que, a bordo de una camioneta, se dedican a vender este tipo de contenedores en las colonias marginadas donde no hay servicios públicos como el agua potable entubada.
Reprochó a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que no cuente con los mecanismos para neutralizar y confinar los productos y sustancias tóxicas como las encontradas en la colonia Iztaccíhuatl, pues en el caso de los intoxicados, sus funcionarios sólo vinieron a ver y a recomendar a la unidad municipal de Protección Civil el confinamiento de los tambos. “De haber sabido que nosotros teníamos que hacer todo ni los molestamos, pues no se quisieron hacer cargo del confinamiento debido a que este tiene un costo.”
Es por ello que la Dirección Municipal de Protección Civil pidió el apoyo de una empresa química de la región para poder neutralizar y confinar los tambos que continuaban emitiendo vapores tóxicos.
Apáez Omaña consideró como grave el que las empresas que utilizan dichas sustancias atenten contra la población, al no responsabilizarse de sus desechos y prefieran venderlos para así ahorrarse el costo de su confinamiento. Puntualizó que de no haber vigilancia hacia dichas empresas, continuará latente el peligro para los ciudadanos que adquieren dichos tambos para el almacenamiento de agua.