“El desinterés por superar estas condiciones se da en muchos de los casos por los padres de familia, pero entre los adolescentes tampoco le dan la importancia que se requiere”, sostuvo Nohemí Montero Alonso, psicóloga de la agrupación Morelos por Ti, Oportunidad para Todos.
“Se trata de menores que tienen problemas de conducta y bajo aprovechamiento escolar; pero es mínimo el porcentaje que se suman a un programa de atención integral, de marea tal que al ingreso a la secundaria se facilita que lleven el consumo de alguna droga”, añadió.
Y estableció que “cuando se da el taller o pláticas a padres de familia en las escuelas, detectamos el bajo rendimiento en niños que normalmente son por problema de conducta. El menor es rebelde y no tiene aprovechamiento escolar, por ello se le brinda la orientación en nuestro consultorio”.
Es por ello que el menor entra a sesión y continúan los padres de familia. “Se trata de situaciones muy comunes, pues de cada 10 niños deberíamos de atender cinco; pero sólo lo hacemos con dos o tres y esto es por la falta de responsabilidad de los padres, quienes no se dan el tiempo para llevar a estos niños. Pero en sí, esto se detecta en cada grupo.”
Esta atención se da por los talleres que se otorgan en primarias y secundarias, que es donde se canaliza al menor y también es por recomendaciones, se les da su cita.
Los números de esta agrupación indican que en 2010 se lograron atender a mas de seis primarias y más de siete secundarias; logrando un total de dos mil 542 personas beneficiadas con el proyecto de Unidos por el Combate a la Violencia, “del cual logramos tener 84 personas atendidas en atención psicológica, 60 asesorías jurídicas y 15 asuntos jurídicos que se presentó la demanda para solicitar la pérdida de la patria potestad, la custodia y alimentos definitivos o en su momento, poder hacer una disolución del vínculo matrimonial en le caso de violencia familiar”.
Asimismo, observó que “pudimos identificar que en escuelas secundarias hay demasiado consumo de droga por la disfunción de las familias y poder los chavos agarrar un sendero mal encaminado por la falta de comunicación de los padres, y por falta de interés de los jóvenes a tener una familia integral”.
Para finalizar, la psicóloga Noemí Montero refirió que “el consumo de drogas se dio más marcado en una escuela de la colonia Plan de Ayala, en donde los jóvenes consumen una mayor cantidad. Pudimos comprobar cuál es la sinergia de las propias aulas y el propio ciclo de comunicación de los jóvenes y que ellos mismos provocan el consumo, perjudicando su persona y provocando una inestabilidad en su propia familia”.