José Guadalupe Higueras Cedillo, de la ciudad de Cuautla, quien cuenta con 82 años de edad, aseguró que después de haber entregado la documentación que le solicitaron, hizo fila para recibir parte de los 38 mil pesos que debería entregarles dicho fideicomiso, sin embargo, de pronto, el pago se suspendió.
“De ahí estaba yo formado; cumplí con todos los requisitos para demostrar que yo trabajé ahí y ya, llegando el momento, dijeron que se suspendía y que nos esperáramos. Era como el mes de octubre; nos dijeron que para diciembre nos pagaban, hace como cuatro años. Y pasó ese tiempo y luego nos dijeron que para el otro año. Y así nos han traído y no nos han pagado”, aseveró.
Dijo que igual que él, hay muchos contemporáneos que están a la espera de sus ahorros que les fueron descontados mediante el Banco Nacional de Crédito Agrícola. “Nosotros trabajamos por el año de 1950, y hace como unos cuatro años nos dijeron que nos iban a pagar un dinero que nos descontaron en Estados Unidos a todos los braceros que trabajamos de 1940 y tantos al 60 y tantos. Tenemos derechos a ese dinero que nos descontaban con impuestos allá, que no me acuerdo cómo se llaman.”
Don José Guadalupe Higueras Cedillo es uno de los cientos de connacionales que durante la década de los años 40 y 50 viajaron a los Estados Unidos a trabajar como jornaleros en los campos agrícolas, y que serian beneficiados mediante el acuerdo celebrado el 14 de agosto de 1942 por los gobiernos de Estados Unidos y México para reglamentar la contratación temporal de trabajadores agrícolas migratorios mexicanos.
El convenio establecía la retención del 10 por ciento de los salarios que percibían los trabajadores en Estados Unidos, para la conformación de un fondo que se depositó vía “Wells Fargo”, transfiriéndose al Banco de México y éste, a su vez, al Banco de Crédito Agrícola y al Banco del Ahorro Nacional, con el propósito de entregarlo a los braceros a su regreso al país.
Con la transformación que sufrió el entonces Banco Nacional de Crédito Agrícola a Banco Nacional de Crédito Agrícola Rural (Banrural), la documentación fue perdida y los braceros quedaron en la indefensión. Fue en 2005 cuando la Presidencia de la República decretó, a través del Diario Oficial de la Federación, el fideicomiso que habría de pagar dichos ahorros a los ex braceros; sin embargo, el pago se empezó a realizar pero los recursos se agotaron.
Es por ello que los ex braceros morelenses que aún no tienen ese beneficio, hacen un llamado a las autoridades para poder recuperar dichos recursos a fin de poder utilizarlo en el pago de medicinas o en su manutención. “Por eso quisiera, por su conducto, que las autoridades se compadezcan de nosotros, los ancianos que trabajamos en aquel tiempo, porque nos suspendieron esos pagos a los que trabajamos; a unos les pagaron y a los últimos no alcanzamos dinero”, agregó.