Así, la natación o el buceo bajo el agua durante periodos prolongados, especialmente en lagos, ríos o estanques contaminados –como se encuentran la mayoría en la región–, puede ser la causa de padecer otitis externa, conocida también como “oído de nadador”.

El permanecer en espacios donde el agua contiene una gran cantidad de cloro es otro de los factores que causa este mal, pues el agua clorada de una alberca también lo puede provocar, debido a que reseca la piel del canal auditivo y se facilita un proceso infeccioso.

Aunque existen otros riesgos, espacialmente cuando no hay habilidad para nadar y la persona se sumerge en zonas de mucha profundidad, también es cierto que la aparición de infecciones micóticas, las cuales pueden ser un problema posterior por varios años.

Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) destacaron que para prevenir este tipo de problemas de salud, es conveniente lavarse bien los oídos en la regadera y, con una toalla limpia, secarlos sin penetrarlos más allá de un centímetro.

En caso de que haya infección debe acudirse con el médico familiar, pues de no ser tratada podría extenderse al cartílago y al hueso alrededor del canal auditivo, provocando un severo daño a todo el aparato.

La otitis externa suele desarrollarse en niños mayores y en adultos jóvenes cuyos oídos están expuestos a la humedad excesiva y continua. Se presenta con mayor frecuencia durante los meses de verano.

El síntoma más característico es un fuerte dolor de oídos, que empeora cuando se toca o mueve el lóbulo o cualquier otra parte externa de la oreja. A veces hay comezón en el canal auditivo antes de que empiece el malestar.

Esta infección, provocada por diferentes tipos de bacterias u hongos, puede estar acompañada de fiebre ligera y una supuración de pus amarillo-verdoso en el orificio tubular que transporta los sonidos desde el exterior del cuerpo hasta el tímpano. La capacidad del oído afectado puede disminuir si el absceso de pus o la hinchazón en el canal auditivo impiden el paso del sonido hacia el interior.