Para el sacerdote católico, “la situación que hoy vivimos son el reflejo también un cierto grado de descomposición de los aparatos gubernamentales dedicados a la justicia y seguridad, lo que denota que algo se tiene que cambiar necesariamente”.
Además agregó que “también la cuestión que repercute es la formación, pues en estos tiempos vemos cómo muchos de nuestros jóvenes fueron atrapados por esas redes del narco, de las drogas, de la violencia. Lo que refleja también una falta de formación profunda y arraigada que eso no nada más es la cuestión del sistema educativo, sino sobre todo desde la familias”.
A su parecer, “es la función del Estado el garantizar que las familias se vayan desarrollando según sus capacidades, vayan viendo el cubrir sus necesidades básicas que es la casa, la alimentación y el vestido y cuando se trastocan estos aspectos, cuando no hay seguridad en la casa, cuando no hay seguridad en la alimentación, no hay esa certeza del vestido, pues surge la desesperación”, observó.
Además, agregó que “tal parece que en nuestra sociedad, de la corrupción nadie se escandaliza y eso es parte de la violencia contra el marco legal que las autoridades servidores públicos, en lugar de verla y pedir el cumplimiento de la legalidad, ven la forma de torcerla y sacar provecho”, finalizó Díaz Pérez.