Para Jorge Hernández Rivera, integrante de la Asociación en Apoyo de Niños en Carencia, “el asunto inicia con la contratación de trabajadores agrícolas, principalmente dedicados a la cosecha de diversas hortalizas y corte de caña de azúcar en esta región, a la cual vienen en principio solos y posteriormente con sus familias.
“Si bien, se ponen en marcha diversos apoyos para estas familias, con su arribo, se inicia un círculo difícil de erradicar, ya que por una parte se ataca la miseria lacerante y a la par surgen mas necesidades.”
Lamentablemente, añadió, “la necesidad hace que se lleven a cabo la instalación de asentamientos en zonas donde la carencia de servicios es más que evidente, aunque, de acuerdo a lo que ellos mismos relatan, son mejores que las que tienen en sus lugares de origen”.
Asimismo, Hernández Rivera agregó que “la mayor parte de estos vecinos que forman nuevos asentamientos no son morelenses, pero para el gobierno no debe de haber distingos de ninguna especie”.
Fue así que reconoció que “existen esfuerzos por parte de la Sedesol para cambiar las condiciones de marginalidad, pero evidentemente no son suficientes, ante las carencias que prevalecen, no al menos para que puedan desarrollarse a la par de otras personas”, finalizó.