De acuerdo con José Luis Quiroz Suárez, miembro de la dirigencia local de la Confederación Nacional Campesina (CNC), la llegada de hombres y mujeres que junto con sus hijos buscan mejores niveles de vida, provoca que los cinturones de miseria se mantengan.
Ésa es una de las causas más comunes para que los programas de lucha en contra de la pobreza no logren nunca una cobertura total y, por el contrario, haya casos en los cuales se establezca incluso la necesidad de fortalecer las acciones de beneficio en su favor.
En algunos casos las familias logran salir adelante y en otros se convierten, sobre todo las mujeres y niños, en “ejércitos” de gente que piden dinero en los cruceros, venden golosinas o limpian los parabrisas, como una salida a las necesidades por las que atraviesan.
Quiroz Suárez recordó que según las encuestas, la mayor parte de estos vecinos que forman nuevos asentamientos no son morelenses; “por fortuna, no hay distingos para la autoridad, pues son mexicanos y hay una cultura de brindarles el apoyo”, resaltó.
Para finalizar, Luis Quiroz señaló que este fenómeno toma fuerza porque precisamente en las entidades de las cuales provienen, las condiciones adversas se mantienen de manera constante y las necesidades son más marcadas.