De acuerdo con Saúl Hernández García, quien durante varios años desempeñó como promotor del programa Salas de Lectura, “ha sido apenas a través de estos programas como se ha logrado interesar a los pequeños en llevar a cabo una constante actividad de lectura en lo personal”.
Asimismo, añadió que “por fortuna, la aceptación que se ha encontrado es muy buena y aunque la mayor parte de los lectores que se suman al programa son niños, también hay personas mayores. Para todos ellos existe la lectura adecuada, gracias a la diversidad de títulos”.
El promotor de lectura añadió que “lamentablemente, por la falta de tiempo de los profesores, carencia de material bibliográfico o, en su caso, desatención por parte de los educadores, la lectura no cuenta con un universo importante entre los niños, adolescentes y jóvenes. Otras actividades como el uso de Internet, videojuegos u otro tipo de actividades les trae aún más”.
Entre los lugares en que ya se cuenta con su propia sala hay algunos clasificados como urbano-marginados, en donde, cabe destacar, se ha alcanzado una demanda extraordinaria. Este esfuerzo si bien no suple a las bibliotecas, sí es complementario en lagunas zonas y acerca los libros a quienes generalmente no tienen la oportunidad de llegar a esas áreas de estudio.