Aunque la anorexia y la bulimia no son un tema nuevo, ya que desde la antigüedad se les conocía, es ahora cuando resalta su importancia por el daño que causa entre los jóvenes que se comportan de acuerdo con los patrones de comportamiento que indica la publicidad, como es el de tener un “buen look” a través de la delgadez, señaló Olivia Aranda Franco, coordinadora delegacional de Nutrición y Dietética del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Este tipo de padecimientos requieren de un tratamiento integral en el que debe participar un equipo de especialistas como nutriólogos, psicoanalistas y médicos o endocrinólogos, además de la familia.
La participación de ésta es fundamental, ya que los aspectos familiares son muchas veces la causa de estos trastornos. Si algún joven sospecha que puede padecer este tipo de problemas, debe recurrir a alguna instancia de salud pública o privada y evitar a tiempo las consecuencias que ocasionan la anorexia nervosa y la bulimia.
Es conveniente que la población en general se concientice sobre lo importante que es alimentarse de manera balanceada y equilibrada, sin llegar a los extremos que pueden ser nocivos para la salud y llegar a provocar sobrepeso, obesidad o en caso contrario, desnutrición, que puede ser originada por la anorexia y la bulimia por el deseo de tener un cuerpo delgado, mostrando pavor a engordar.
Sin embargo, “no es cierto que los jóvenes anoréxicos no sientan hambre; al contrario: la reprimen por el pavor que tienen a la obesidad. Estos pacientes rechazan en forma contundente el mantener un peso corporal por encima de los valores mínimos aceptables para una determinada edad y talla”.
Aranda Franco refirió que en la etapa primaria de la anorexia sólo se experimenta miedo intenso a subir de peso, y se caracteriza por dos tipos de padecimientos: la anorexia nervosa restrictiva y la bulimarexia. En la primera, se utiliza el ayuno y la disminución exagerada de la ingesta de alimentos para controlar el peso sin utilizar el vómito o los laxantes como métodos de control. En la bulimarexia se combinan periodos de ayuno con periodos de ingestión compulsiva y después se provoca el vómito, y se aplican purgas y enemas para controlar el peso.
En la etapa secundaria –prosiguió– la anorexia nerviosa es consecuencia de alguna enfermedad psiquiátrica como la esquizofrenia o la depresión; en estos casos, la anorexia se debe a una interpretación falsa de la alimentación y no a la búsqueda de pérdida de peso.