Quien añadió que “independientemente del daño patrimonial que nos causa a los comerciantes establecidos, son origen de problemas cotidianos, como el obligar al peatón a bajar al arrollo vehicular y la lentitud con que éste transita, además de generar calles sucias, pero sobre todo se nota que persiste un grupo que controla esta actividad”.
En este sentido apuntó que “los gastos para los comerciantes establecidos son cada vez mayores e incluyen renta de locales, mayores costos de los productos que expenden, servicios de telefonía e impuestos, los que no son aportados por quienes usan la vía pública”, destacó.
Díaz Arcundia sostuvo que “con las bajas ventas y el crecimiento de los vendedores informales, se coloca a los establecidos contra la pared, por eso es necesario que las autoridades intervengan y pongan orden en las calles, porque el problema podría salírseles de las manos”, apuntó.
Asimismo, reconoció que “todo ello se deriva de una constante de los últimos años, la carencia de nuevas fuentes de empleo, los bajos salarios, la pérdida del poder adquisitivo y en general la falta de opciones que enfrenta la mayor parte de la población, quienes ven en el comercio informal la oportunidad de poder tener algún ingreso económico”.