A nombre del grupo de ex trabajadores, Martín Rivera relató que “nos contrataron para contactar a gente, para recibir despensas y aparatos ortopédicos, a cada uno de los cuales se les pedía un donativo de 20 pesos”.
Dijo que “luego de cuatro meses, en que afiliamos a cerca de cuatro a cinco mil gentes para recibir el apoyo, nos citaron a una junta de trabajo, pero cuando acudimos, la oficina ya estaba desmantelada”.
“Estamos consternados por la situación, ya que íbamos comunidades de gente muy marginada, que estaba esperanzada en recibir los apoyos, es por ello que también estamos aquí con la inconformidad, por lo que queremos que paguen lo que hicieron, no tanto a nosotros por los salarios que nos deben, sino por el abuso que se cometió con la gente”.
Sobre el grupo de presuntos defraudadores, señaló que “aquí todos se ostentaban como licenciados, entre ellos Rodrigo Meza, Roberto Ortiz, Giovanni de la Rosa, Hugo Sánchez, al menos así los conocimos nosotros”
Y para ello se hacían pasar como jefe de personal, gerente general y otros cargos de esa naturaleza y trabajaban en una oficina que instalaron en la calle Josefa Ortiz de Domínguez número siete, en el poblado de Cuautlixco.
Sobre el dinero que entregaron estas personas señaló que “no se tiene el dato exacto, pero fueron de entre cuatro mil a cinco mil gentes, cada uno de entre 20 a 60 pesos, pues era opcional que pudieran recibir más despensas de una a tres, por lo que la cifra podría ascender a 300 mil pesos”.
Ante el temor de que la gente vaya a tomar represalias en contra de ellos “pues la fecha de entrega de las despensas era el 13 de diciembre y se visitaron comunidades, se inició una carpeta de investigación y se acudió a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos, para manifestar nuestra inconformidad”.
Entre los municipios donde se visitaron varias comunidades están los de Ayala, Ocuituco, Tlayacapan, Tlalnepantla, Yautepec, Totolapan, Jantetelco, además de varias colonias de Cuautla, lugares donde los ayudantes municipales eran las personas indicadas que permitían el acceso para afiliar a la gente, además de casa en casa, al creer que era un programa social real.