El propio director del área, Marino Morales Padilla, reconoció que el problema persiste. Ejemplificó este hecho con lo que ocurre en un bar ubicado al norte de la ciudad, donde además de la situación del ruido, ha habido quejas en torno al sistema de estacionamiento que usan los consumidores y el que algunos de ellos orinen en la vía pública, situación que, de acuerdo al funcionario, ya está bajo control.
Marino Morales estableció que no todas las quejas de la ciudadanía generan sanciones en contra de los propietarios de los negocios, pues dijo que en algunas ocasiones no se logra comprobar que el ruido esté excediendo los límites establecidos, aunque los vecinos insistan.