Las actividades se desarrollan entre jóvenes de entre 12 y 18 años, con el apoyo de la asociación “Dos mil Angelitos de Mentes Brillantes”, por lo que busca un acercamiento.
Reconoció que esta situación dificulta trabajar con los jóvenes, de manera que en la Secundaria Cuautli se destinó un grupo de diez terapeutas a este trabajo.
De igual manera, señaló que en cada caso, lo que se busca en coordinación con ellos, es saber de dónde viene tanta agresividad, malestar y buscar su participación en la solución de la problemática.
Sobre las actividades que realizan destacó que “son pláticas para la prevención de la violencia y la delincuencia, ya que nos ha rebasado la comisión de delitos, los peligros que vivimos a cada día, de ahí que el gobierno en conjunto con organizaciones civiles tratamos de evitar que se llegue a penas carcelarias y demandas”.
Agregó que en el trabajo que se lleva a cabo con los menores, “empezamos por rescatar los valores de la familia, los papeles que juega cada uno de los miembros de la familia y encontrarse uno mismo, cuál es el objetivo de vivir como joven, como padres, como adolescente y también el rescate de los valores hacia nuestra ciudad”.
“Los padres de familia han quedado muy contentos, de hecho ya esperaban que se iniciara este curso de jóvenes porque sí han visto cambios en sus hijos, desde dar un gracias por la comida, un buenos días, es lo que se rescata, es algo simple, pero que es bien importante dar esas muestras de cariño desde el hogar”, finalizó.