De acuerdo a la secretaria de organización de la agrupación, Esther Vidal Huerta, su presencia tiene mayor importancia en los asentamientos humanos donde la estrechez de las calles impide el paso de los camiones recolectores de los ayuntamientos.
“En las colonias donde no entran los camiones del ayuntamiento, entre ellos los callejones, ahí es donde entran las camionetas recolectoras y tratamos de hacer el trabajo lo mejor que se puede, cobrando precios módicos, pero tienen que pagar refacciones, chofer, una persona que les va ayudando y 210 pesos al relleno sanitario por depositar la basura”.
Explicó que este grupo que no recibe dinero de las autoridades por su labor, sobrevive de las cooperaciones de las personas y, en su mayoría, se trata de integrantes de grupos vulnerables, quienes han encontrado la forma de obtener ingresos.
En la región oriente su labor se desarrolla en los municipios de Ayala, Cuautla y Yecapixtla.
“Es un micronegocio, pues la mayoría son gente de la tercera edad que ya no pueden conseguir trabajo o que ya no pudieron estudiar, pero ellos se pusieron a trabajar e iniciar su pequeña empresa, porque quieren que sus hijos estudien y salgan adelante”.