Cuautla.- En medio de fuertes señalamientos por parte de campesinos y ciudadanos de Cuautla, el gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu, encabezó en Cuautla, la ceremonia por el 97 Aniversario Luctuoso del General Emiliano Zapata Salazar.
A la ceremonia efectuada ante la tumba del caudillo del Sur, en la Plaza Revolución del Sur, asistió como representante del gobierno federal, Ángel Rodrigo Peña Zepeda, delegado en Morelos de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Los reclamos iniciaron cuando David Padilla Marín, dirigente del Barzón Morelos y presidente del Congreso Agrario Permanente, reclamó al gobierno estatal el abandono en el que se encuentra el campo de Morelos, donde los campesinos y los ciudadanos en general están cansados de tantas mentiras.
Al dirigirse al mandatario estatal y al representante del gobierno federal, reprochó por las afectaciones sufridas por las reformas estructurales, así como por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pero fue enfático al señalar que en Morelos cabalgan los siete jinetes del apocalipsis, “la extorsión, el secuestro, el robo a casa habitación, el robo de ganado y el feminicidio ya no deben quedar impunes, la sociedad debe de ayudar con las demandas y el gobierno respondiendo".
También reclamó que hasta ahora nada se sabe de la identidad de los muertos encontrados en las tumbas irregulares de Tetelcingo “y que la autoridad estatal y municipal permitió esto. Es sin duda el reflejo de un gobierno alejado de la gente, de su pueblo, somos prisioneros de la delincuencia y no vemos cambio alguno”.
“El mejor ejemplo de este distanciamiento gradual del Ejecutivo con el pueblo, se genera por la instalación de la termoeléctrica de Huexca y su gasoducto, así como por el gasoducto que va a pasar por Acapantzingo que solo beneficia a unos cuantos”, agregó.
Lo más álgido ocurrió cuando Graco Ramírez, tomo la palabra para destacar las políticas gubernamentales que aplica al campo, así como las obras que su gobierno ha desarrollado, discurso que fue interrumpido numerosas veces por gritos de los asistentes, quienes le reclamaban el que Cuautla sea considerada como un basurero, después de que el gobierno estatal abrió las puertas a la basura de la Ciudad de México, que se sigue depositando en el relleno sanitario de Cuautla.