Cuautla.- En poco más de tres meses, el Centro de Desarrollo Infantil Numero Tres “Víctor Bravo Ahuja” de Cuautla ha sido atracado en tres ocasiones, lo que ha causado alarma entre maestras y padres de familia, quienes temen por la integridad de sus hijos. Este plantel está ubicado a sólo unos metros de la Fiscalía Regional y de las instalaciones de la Policía de Investigación Criminal.
Las educadoras aseguran que durante 24 años que tiene este kínder, nunca habían sido objeto de un asalto, hasta que hace poco en menos de tres meses, iniciaron unas obras de construcción en el terreno de unos particulares que colindan con este plantel, aunque señalan que no pueden hacer una acusación formal contra nadie.
La directora del Cendi, Martha Patricia Pérez García, se manifestó preocupada porque a pesar de que han presentado denuncias ante la Fiscalía Regional de Cuautla, ante el Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) y ante el Ayuntamiento de Cuautla, a la fecha no ha recibido ningún tipo de apoyo, por lo que ha aumentado el temor entre todo el personal de que ante ese vacío de autoridad, los delincuentes se atrevan a atracar la escuela cuando los niños estén en las aulas.
Señaló que el primer hurto ocurrió el 4 de julio, el segundo el 8 de agosto y el tercero la madrugada de este lunes 12 de septiembre, “hoy sufrimos el tercer robo, estamos preocupadas, atendemos niños desde dos meses de nacidos hasta cuatro años que se van a la primaria y nos han robado de todo, que son herramientas básicas para nuestro trabajo”, indicó.
“Hemos hecho todo lo conducente, hemos levantado actas administrativas de robo, hemos hecho peticiones a nuestras autoridades municipales, hemos estado con jurídico cumpliendo con todos los trámites en tiempo y forma y no vemos respuesta y lo que más nos preocupa que estas personas vayan a entrar a hacer un robo con los niños adentro. No sabemos cómo vayamos a actuar, qué es lo que tenemos que hacer; tenemos niños muy pequeñitos, atendemos a más de 100 niños, imagínese, con maestras, si los enfrentamos aquí qué vamos a hacer”, señaló desesperada.
Según las huellas encontradas, los delincuentes se toman su tiempo para escoger lo que se van a robar, pues en los salones dejan botellas de cervezas, colillas de cigarros y palabras obscenas pintadas en las paredes, “no sabemos si aquí se vengan a fumar, a drogarse o qué esté pasando”.
A la fecha, los delincuentes se han robado equipo de cómputo, laptops, aparatos de sonido, grabadoras, material didáctico, sillas, mesas, colchones y hasta sábanas con las que cubren a los bebés.
La directora no descartó que las madres de familia realicen movilizaciones de protesta ante esta burla de los delincuentes, “no sé qué más hacer, estamos hartas, nadie nos hace caso, nadie nos apoya, nadie nos escucha. Quiero dejar en claro mi preocupación es si me roban, me asaltan o agreden teniendo a los niños aquí, qué voy a hacer. Yo estoy avisando con tiempo, tengo más de 100 niños a nuestro cargo pequeñitos y la mayoría de personal somos mujeres; segundo no me voy a hacer responsable de cualquier acción que tomen las madres de familia, ellas son libres de tomar sus decisiones”, indicó.