Sin duda las condiciones del deporte en nuestro estado han cambiado, no mucho, pero este hombre ocupó todas las posibles posiciones dentro de la organización Jaguares, que no obstante, no todos estarán de acuerdo conmigo, ha sido la columna vertebral del futbol americano en Cuernavaca y en nuestro estado, desde ser un excelente padre, impulsando a sus hijos desde muy pequeños, hasta ser el presidente del club y uno de los hombres más mesurados en su manejo de la organización.
Nos enseñó a muchos desde armar utilerías y cargar el garrafón del agua, hasta negociar y llegar a acuerdos entre nosotros mismos para, como siempre, llegar a las mejores decisiones para nuestros hijos.
Un hombre para el que siempre existió como prioridad el trabajo en equipo, y costara lo que costara sacar todas las categorías que conformaron la organización, tanto como managers como directivos abrieron las puertas de su casa y de su corazón para que siempre, un grupo de padres y amigos, compartieran su amistad y trabajo en bien de los niños de nuestro club.
Entrañable amigo… excelente padre, que nunca pudo ocultar todo el orgullo que le significó tener unos hijos tan destacados en el deporte y en la vida, luchó por mostrar su humildad, pero los que lo compartimos siempre cerca, sabemos que sus hijos siempre fueron su gran orgullo y bandera en la vida…
Sabemos bien que para este tipo de personas no hay mucho espacio para destacar sus aportaciones a la comunidad, a los amigos y a los jóvenes… pero bien vale unos minutos para recordarlo, para extrañarlo, y sobre todo, para agradecerle a la vida misma el haberlo conocido.
Mentiría si dijera que ha sido el mejor o el único… sin duda no lo fue y hoy recuerdo a otros dos amigos y compañeros que se han ido y que también trabajaron incansablemente por esta labor, Miguel Najar y Felipe Nieto.
Muchos, muchos padres de familia compartimos con ellos esta tarea y hoy nos dolemos por esta pérdida, y por lo mismo sentimos el firme compromiso de dedicarles el mejor de nuestros recuerdos, en esta tarea de ser padres y excelentes personas y amigos.
Agradezco a La Unión de Morelos la oportunidad que me da de escribir estas líneas, sobre todo cuando es el medio informativo que se ha preocupado de darle la cobertura a este deporte de las tacleadas y ha seguido de cerca la actividad de muchos clubes, de jugadores que han trascendido a nivel nacional, entre los que podemos citar a Eugenio y Rodrigo, hijos de Carlos Guzmán, un gran amigo, el cual esperamos toda la familia del futbol americano. Descanse en paz.