En las imágenes Luis Suárez se saca de la manga un exquisito control para bajar un balón que caía de más de 35 metros de altura. Se trata de un reto mucho más complicado de lo que parece, teniendo en cuenta la velocidad (100 km/h) y fuerza con la que cae un balón tirado desde tanta altura y que el viento que mueve la trayectoria de la pelota mientras cae.