El jueves fue el último día de una temporada de huracanes intensa y destructiva que incluyó 17 tormentas con nombre, 10 de las cuales se convirtieron en huracanes.
La temporada del 2017 del Atlántico será recordada por un trío de tormentas mortales _Harvey, Irma y María_ que causaron graves daños a su paso por Texas, Florida, Puerto Rico y numerosas islas más.
Los ciclones mataron a cuando menos 441 personas y provocaron daños por unos 369.000 millones de dólares. Esta temporada es una de solo seis que se tienen registradas con múltiples huracanes categoría 5, y es apenas la segunda en la que dos tormentas tocaron tierra con esa intensidad.
El huracán Harvey llegó a la costa de Texas el 25 de agosto, lo que derivó en días de chubascos que arrojaron más de 1.270 milímetros (50 pulgadas) de lluvia. Las inundaciones que ocasionó dañaron o destruyeron cerca de 200.000 hogares en gran parte de la ciudad de Houston y en otras comunidades pequeñas de la costa.
Después se formó Irma, que azotó casi todo el estado de Florida el 11 de septiembre. Presentó los vientos sostenidos máximos más intensos que se hayan observado en el Atlántico desde el paso de Wilma en 2005.
Posteriormente vino María, que causó una extensa destrucción en Puerto Rico el 20 de septiembre y dejó a gran parte de la isla sin energía eléctrica. Fue la décima tormenta más intensa en el Atlántico en lo que respecta a la presión barométrica.
La temporada de huracanes del Atlántico comienza el 1 de junio de cada año.