El incendio que devastó gran parte de la Catedral de Notre Dame en París fue causado probablemente por un accidente, explicaron este martes fiscales franceses, después de que los bomberos apagaron las últimas llamas durante la noche.
Más de 400 bomberos trabajaron para sofocar el fuego, que consumió el techo y la emblemática aguja del templo, una edificación con ocho siglos de antigüedad. Trabajaron durante toda la noche para controlar por completo el incendio, 14 horas después de su inicio.
"Nos inclinamos por la teoría del accidente", dijo el fiscal público de París, Remy Heitz, añadiendo que había 50 personas trabajando en el lugar y que se espera una larga y compleja investigación.
Un bombero resultó herido, pero no hubo más reportes de afectados en un incendio que comenzó tras el cierre del edificio al público por la tarde.
Desde el exterior, las imponentes torres de las campanas y los muros exteriores, con sus característicos arbotantes, seguían firmes en pie, aunque parte del interior y la estructura superior se vieron afectados por el fuego.
Los investigadores no podrán entrar a la ennegrecida nave de la catedral hasta que los expertos determinen que los muros aguantaron bien el calor y la estructura del edificio es estable. Las imágenes de televisión mostraban a los bomberos en lo alto de las torres.
"El incendio está totalmente extinguido", detalló el portavoz de los bomberos, Gabriel Plus, a los medios. "Nuestra labor hoy es supervisar la estructura y sus movimientos".
Las llamas avanzaron rápidamente por los soportes de madera del techo de la catedral, donde se estaban realizando importantes obras de renovación de balaustradas desprendidas y gárgolas deterioradas, así como por la aguja del templo.
El fiscal parisino abrió una investigación por "destrucción involuntaria por fuego". La policía comenzó a interrogar este martes a los trabajadores que participaban de la restauración, informó la oficina del fiscal.
Cientos de sorprendidas personas se agolparon en las orillas del Sena hasta tarde en la noche, mientras las llamas avanzaban, recitando oraciones y cantos litúrgicos durante una vigilia.
"Es un símbolo de nuestro país que corre el riesgo de ser destruido", dijo el ministro de Cultura, Franck Riester.
Los bomberos que entraron en la catedral lograron salvar muchos de sus tesoros, afirmó Riester, aunque algunas pinturas se quedaron en el interior y se arriesgaban a resultar dañadas por el humo y el agua.