Cientos de miles de iraníes han salido este lunes a las calles de Teherán para despedir al general Qasem Soleimani, asesinado el viernes por los EE.UU. en Irak, en lo que ha sido un multitudinario funeral de Estado como pocos se recuerdan en el país. De hecho, la magnitud de las multitudes en Teherán que se observaba en la televisión recordaba las manifestaciones de 1989 para el funeral del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruhollah Jomeini.
Las proclamas de venganza y las advertencias a los estadounidenses han marcado la masiva despedida al querido general –era considerado la segunda figura más influyente del país tras el líder supremo–, desde los máximos mandatarios hasta el fervor popular de los miles de congregados en la capital. La propia hija del general Soleimani, Zeinab, ha advertido de “días oscuros” para los estadounidenses y se ha dirigido al presidente Donald Trump en estos términos: “Loco Trump, no pienses que todo ha terminado con el martirio de mi padre”.
El líder supremo Ali Jamenei lloró mientras acompañaba a los dolientes en una oración. Su voz se quebró de la emoción cuando dirigía los rezos, lo que lo obligó a hacer una pausa. Junto a Jameneí y en primera fila frente a los féretros se encontraban también el presidente iraní, Hasan Rohaní; el jefe del Poder Judicial, Ebrahim Raisí; el presidente del Parlamento, Alí Lariyaní; y el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salamí.
Las imágenes de la multitud en Teherán recordaban a las masivas manifestaciones de 1989 para el funeral del fundador de la República Islámica, el ayatolá Jomeini
Mientras los ataúdes del general iraní y del líder de la milicia iraquí Abu Mahdi al-Muhandis –que también murió en el ataque al aeropuerto de Bagdad del viernes–, pasaban por encima de la multitud, los asistentes coreaban “muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, muerte a Al Saud (dinastía de Arabia Saudí)”. Un cartel que sostenía uno de los asistentes resumía el sentimiento de venganza de muchos de los congregados: “Tenemos derecho a buscar venganza”. Durante las marchas, se quemaron banderas estadounidenses y de Israel.
Hombres y mujeres, desde niños en carritos a ancianos, la mayoría vestidos de negro o con colores oscuros han marchado por la avenida Enghelab y han hecho todo lo posible para acercarse a los féretros, tirando trozos de tela para que los militares que estaban sobre el vehículo acariciaran con ellos el ataúd. Los empujones fueron la tónica durante las exequias: algunas personas incluso cayeron al suelo y los que entonaban los cantos de luto por megafonía pidieron a la gente abandonar el lugar. “Por favor, salgan a la calle Val Asr, la gente se está aplastando y va a ocurrir una tragedia”, anunciaron para intentar calmar a la multitud.
El comandante militar iraní Mohammad Bagheri llora frene a los féretros del comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, Qasem Soleimani, y del líder de la milicia iraquí Abu Mahdi al-Muhandis (IRAN'S SUPREME LEADER OFFICE HAN / EFE)
Los cantos de dolor eran muy profundos y continuamente se comparó la muerte de Soleimaní en un bombardeo estadounidense en Bagdad con la tragedia vivida por el tercer imán chií Husein, fallecido en la batalla de Kerbala (actual Irak) en el año 680 de nuestra era. El nombre de Husein fue muy coreado, recordando por momentos a las ceremonias de la Ashura, cuando también se reparte comida y bebida a los fieles en casetas callejeras, como ocurrió hoy durante el funeral del general.
El nuevo comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, Esmail Qaaní, que precisamente sustituye a Soleimani, ha prometido expulsar a los EE.UU. de toda la región, según aseguró en una entrevista por televisión. Qaaní aseguró que tomarán “medidas” para responder al asesinato de Soleimaní y que “será Dios el que verdaderamente se vengará de EEUU por la valiosa sangre derramada”.
En la misma línea, el comandante de la Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria, Amir Alí Hayizadeh, afirmó durante el funeral que es necesaria “la destrucción completa de EE.UU. en la región”. “La venganza del mártir Soleimaní no terminará lanzando cuatro misiles, atacando una base (estadounidense) o incluso matando a Trump; quiero decir, ninguno de estas acciones tiene el mismo valor que la sangre de este mártir”, subrayó Hayizadeh.
Un comandante de la Guardia Revolucionaria afirmó durante el funeral que es necesaria “la destrucción completa de EE.UU. en la región”
También en el funeral, el jefe político del movimiento palestino Hamás, Ismail Haniyeh, urgió a la unión para “castigar” a los que están detrás del asesinato. La presencia de Haniyeh en el funeral de Soleimaní demuestra la importancia de este general iraní para el llamado Eje de la Resistencia contra Estados Unidos e Israel, liderado por Irán e integrado principalmente por el régimen sirio, el grupo libanés Hizbulah y Hamás.
Este objetivo de Irán, el de expulsar a las fuerzas estadounidenses del vecino Irak, parece estar más cerca desde que ayer el parlamento iraquí respaldó una recomendación del primer ministro para que se ordenara la salida de todas las tropas extranjeras. “A pesar de las dificultades internas y externas a las que podríamos enfrentarnos, sigue siendo lo mejor para Irak, tanto en principio como en la práctica”, dijo el primer ministro interino iraquí Adel Abdul Mahdi, quien renunció en noviembre en el contexto de las protestas antigubernamentales.
Los manifestantes han quemado banderas de los EE.UU. e Israel (ABEDIN TAHERKENAREH / EFE)
Muchos iraníes consideran a Soleimani, un veterano condecorado tras el conflicto de ocho años con Irak, como un héroe nacional, especialmente por haber movilizado a grupos chiíes musulmanes en suelo iraquí para ayudar a derrotar a los militantes suníes de Estado Islámico. En este contexto, la escalada de tensión va a más cada día que pasa. “Si no abandonan la región, se enfrentarán a otro Vietnam”, advirtió el influyente Alí Akbar Velyatí, principal asesor de Ali Jamenei.
La amenaza encontró una rápida respuesta de Donald Trump, que aseguró que tienen identificados 52 objetivos en Irán para atacar en caso de represalias. Entre los citados 52 objetivos identificados, el presidente estadounidense señaló que hay lugares de mucha importancia para “Irán y la cultura iraní”.