El presidente Donald Trump empieza este lunes un maratón de actos en tres estados claves, con la esperanza de recuperar el terreno perdido frente a su rival demócrata Joe Biden antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos el 3 de noviembre.
Trump visitará Florida, Pensilvania e Iowa en tres días, un recorrido exigente para el presidente estadounidense de 74 años, que se dice “inmunizado” contra el COVID-19 diez días después de dar positivo al coronavirus y meter los frenos a su campaña a la reelección.
Para su regreso al ruedo electoral, Trump deberá intentar galvanizar su base electoral jactándose de haber elegido a la magistrada conservadora Amy Coney Barrett para ocupar un puesto vacante en la Corte Suprema.
El Senado, controlado por los republicanos, aborda este lunes la audiencia de la jueza de 48 años, cuya confirmación, prácticamente garantizada, inclinará hacia el lado conservador el máximo tribunal del país por las próximas décadas.
“Parece que soy inmune, no sé, tal vez durante mucho tiempo, tal vez poco tiempo, tal vez de por vida. Nadie lo sabe realmente, pero soy inmune”, dijo el ocupante de la Casa Blanca el domingo.
“Tienen un presidente que es inmune (…) Hoy tienen un presidente que no necesita esconderse en su sótano como su oponente”, agregó, en referencia a Biden.
La cuestión de la inmunidad al COVID-19 aún no está clara ya que los expertos no conocen con precisión ni la duración de ésta ni el nivel de protección que ofrecen los anticuerpos.
En un breve mensaje la noche del sábado, el médico Sean Conley afirmó que ya no existía el riesgo de que el mandatario transmitiera el virus a otros.
“Anticipo un regreso totalmente seguro del presidente a sus compromisos públicos”, escribió.
“Alta total y completa de los médicos de la Casa Blanca ayer. Eso significa que no lo puedo tener (inmune) y no puedo contagiar. ¡Muy bueno saberlo!”, tuiteó Trump el domingo.
Poco después Twitter etiquetó ese tuit con una advertencia por violar sus reglas en relación a la difusión de información engañosa y potencialmente perjudicial en relación al COVID-19.