Las máximas autoridades de la capital cubana decretaron la restricción total de personas y vehículos desde las 21:00 horas hasta las 05:00 de la mañana en una ciudad de 2.2 millones de habitantes. Sólo podrán circular los autos y personas autorizadas.

“Esta medida estará vigente hasta que la situación epidemiológica sea favorable”, dijo el jueves Tribuna de La Habana, el diario de la capital.

La restricción sigue al cierre de escuelas, restaurantes, la suspensión de eventos culturales y viajes por ómnibus interprovinciales, así como un recorte de vuelos internacionales.

Autoridades locales habían declarado un primer toque de queda el 1 de septiembre en La Habana, que ha retrocedido como la mayoría de las provincias del país, a la fase epidémica de la enfermedad.

La Habana ha aumentado sus casos con una gran dispersión en sus 15 municipios.

Cuba había conseguido frenar en gran medida la enfermedad en 2020, aislando a pacientes y realizando un seguimiento riguroso casa por casa de los contactos, herramientas que ha vuelto a retomar para contener la pandemia.

Sin embargo, la propagación del virus se incrementó tras la apertura de los aeropuertos en noviembre, con más de 15 mil casos diagnosticados en enero, casi el 50% en La Habana.

En el mes pasado fallecieron 70 personas, 10 más de los decesos ocurridos en los últimos seis meses en el país.

Cuba dijo que la mayoría de los enfermos está vinculada a viajeros que no cumplieron con los protocolos. En febrero las cifras han comenzado a dispararse al registrarse un promedio diario de unos 900 casos y 9 fallecidos. En total se han reportado 225 muertes desde marzo.

La pandemia ha agudizado la escasez de alimentos y medicamentos, provocando grandes colas en los puntos de venta, donde una gran mayoría de cubanos viola el uso obligatorio de mascarillas y el distanciamiento físico en las aglomeraciones.