Salvas de cañón saludaron este sábado la memoria del príncipe Felipe en todo el Reino Unido, un día después de la muerte del marido de la reina Isabel II que perdió a su más fiel “apoyo”.
Desde la Torre de Londres, a orillas del Támesis, los castillos de Edimburgo, Belfast, Gibraltar o los barcos de la Royal Navy, donde sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, el retumbar de los cañones resonó a partir de las 12:00 horas locales.
Esta salva, la primera de una serie de 41 previstas (una por minuto), rindió homenaje al patriarca de la familia real británica, nacido en Corfú como príncipe de Grecia y Dinamarca y que tuvo una infancia errante por toda Europa.
A dos meses de cumplir 100 años, el duque de Edimburgo murió “apaciblemente” en el castillo de Windsor, en el oeste de Londres, el viernes por la mañana.
La reina, que cumplirá 95 años el 21 de abril, manifestó su “profunda tristeza” por la pérdida del que fue su esposo durante más de 70 años y el padre de sus cuatro hijos (Carlos, Ana, Andrés y Eduardo).
Conocido por decir lo que pensaba, el príncipe Felipe llamaba la atención por sus comentarios provocadores, a veces teñidos de racismo o sexismo.
Pero los británicos también recuerdan su incansable devoción por la monarquía, a la que contribuyó a modernizar y humanizar, y su presencia, en segundo plano pero indefectible, al lado de la soberana.
“Representaba la estabilidad, pero también la diversión, el sentido del humor, que a veces parece que hemos perdido” dijo Heather Bridge, de 65 años, cerca de la Torre de Londres.
El viernes por la noche, la campanas de la abadía de Westminster, donde se casó en 1947, tañeron 99 veces, una por minuto, en homenaje al príncipe de 99 años.
En los encuentros de la Premier League de fútbol se observará un minuto de silencio.
El Palacio de Buckingham no anunció los detalles de su funeral. Se sabe, sin embargo, que de acuerdo con sus deseos de simplicidad, y debido a la pandemia que ha golpeado duramente al Reino Unido, no será un funeral de Estado.
Sus restos mortales reposarán en el castillo de Windsor antes de un funeral en la capilla de San Jorge.