En Australia se ha creado una forma innovadora de detectar el COVID-19 en niños; usando una prueba que parece una paleta de caramelo, así se evita que los pequeños estén expuestos a los test nasales.

De acuerdo con lo dicho por las autoridades sanitarias, esta prueba ya fue implementada en jardines de niños como una alternativa para quienes temen hacerse test nasales o de garganta y, al entrar en contacto con ellos, viven experiencias complicadas.

Los primeros en probar dichas medidas fueron un grupo de niños inscritos a una guardería de Viena, dado que con la reapertura de los centros escolares se teme que el virus SARS-CoV-2 comience a propagarse entre infantes.

Por otra parte, la provincia austriaca de Burgenland reservó 35 mil de estas pruebas según lo reportado por la agencia AFP, añadiendo que los padres de esta región recibieron una carta para informarles que cada infante recibirá un test gratuitamente por semana.

Los dispositivos fueron inventados por Manuela Foedinger que actualmente dirige el laboratorio del hospital Kaiser-Franz-Joseph.

Hasta el momento se están ejecutando estas medidas en cinco jardines de infancia con niños de entre uno a seis años de edad para determinar la fiabilidad de los test.