El Gobierno de Japón amplió su cuarto estado de emergencia ante la situación sanitaria derivada del coronavirus para incluir ahora a un total de 21 prefecturas ante el avance de la variante Delta.
Estas medidas excepcionales se extenderán hasta el 12 de septiembre y, de igual modo, se aplicarán medidas “intensivas” a doce prefecturas, tal y como ha apuntado la cadena de radiotelevisión japonesa NHK.
Esta decisión llega en un momento en el que la variante Delta sigue propagándose en el país asiático, a la par que la cifra de pacientes en estado grave se acerca a cifras récord. Muchas personas, especialmente en las inmediaciones de Tokio, no pueden ingresar en los hospitales, pues el sistema sanitario se encuentra al límite de su capacidad.
Algunas personas incluso están falleciendo en sus hogares y, según ha apuntado el Ministerio de Salud, en torno a 118 mil personas infectadas están recuperándose de la enfermedad en su casa. NHK, citando a una fuente cercana al Gobierno Metropolitano de Tokio, ha revelado que el 63 por ciento de las personas que contactaron con el servicio de ambulancias entre el 9 y el 15 de agosto no pudieron ser admitidas.
El último recuento de contagios a nivel nacional registra 24,200 nuevos contagios, mientras que Tokio ha sumado 4,227 de ellos. Las cifras de la capital son menores que las de la semana anterior, aunque los expertos sanitarios insisten en mantener cautela pues la situación se encuentra en un “nivel de desastre”.
Además, han añadido que aunque el número de nuevos contagios parece haberse estabilizado, tras la celebración de los Juegos Olímpicos entre finales de julio y comienzos de agosto, la situación podría empeorar si las infecciones se mantuvieran al mismo nivel.
En lo que a la gestión de la pandemia se refiere, el Gobierno de Japón ha informado de que planea trabajar de forma conjunta con los gobiernos municipales en un esfuerzo por priorizar el fortalecimiento del sistema sanitario, dotando a estas instalaciones de nuevas herramientas.
En esta línea, también han apuntado la importancia de controlar el movimiento de las personas, para lo cual introducirá una serie de medidas que regulen los aforos en espacios cerrados como supermercados o los propios centros de trabajo, e incluso instando a la ciudadanía a que reduzca las salidas a la calle.