El Pentágono se retractó de su defensa de un ataque con drones que mató el mes pasado a varios civiles en Afganistán, anunciando el viernes, 17 de septiembre de 2021, que una revisión interna reveló que solo murieron civiles en la operación, y no un extremista del Estado Islámico como se creyó en un principio.
“El ataque fue un error trágico”, dijo el general de la Armada Frank McKenzie, jefe del Comando Central de Estados Unidos, durante una conferencia de prensa del Pentágono.
Durante días después del ataque del 29 de agosto, los funcionarios del Pentágono afirmaron que se había llevado a cabo correctamente, a pesar de que 10 civiles murieron, entre ellos siete niños.
Las organizaciones de noticias pusieron en duda esa versión de los hechos, e informaron que el conductor del vehículo atacado era un empleado de una organización humanitaria estadounidense desde hacía mucho tiempo, además de señalar la ausencia de pruebas que apoyaran la afirmación del Pentágono de que el vehículo contenía explosivos.
McKenzie dijo que el vehículo fue atacado “en la creencia sincera” de que representaba una amenaza inminente.
“Ahora estoy convencido de que hasta 10 civiles, incluidos hasta siete niños, murieron trágicamente en ese ataque. Además, ahora evaluamos que es poco probable que el vehículo y los que murieron estuvieran asociados con el ISIS-K, o con una amenaza directa para las fuerzas estadounidenses”, dijo McKenzie en referencia a la filial del grupo Estado Islámico en Afganistán.
McKenzie se disculpó por el error y dijo que Estados Unidos está estudiando la posibilidad de pagar una indemnización a la familia de las víctimas.
El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo a los periodistas dos días después del ataque que parecía haber sido un ataque “justificado” y que al menos una de las personas muertas era un “facilitador” de la filial afgana del grupo Estado Islámico, la cual había matado a 169 civiles afganos y 13 militares estadounidenses en un atentado suicida el 26 de agosto en el aeropuerto de Kabul.
Tras las declaraciones de McKenzie, Milley expresó su pesar.
“Esta es una horrible tragedia de guerra y es desgarradora. Estamos comprometidos a ser totalmente transparentes sobre este incidente. En un entorno dinámico de alta amenaza, los comandantes sobre el terreno tenían la autoridad apropiada y tenían una certeza razonable de que el objetivo era válido, pero tras un análisis más profundo posterior al ataque nuestra conclusión es que murieron civiles inocentes”, añadió Milley.