El Consejo de Derechos Humanos de la ONU reconoció el acceso a un medio ambiente sano y limpio como un derecho humano fundamental, añadiendo formalmente su peso a la lucha mundial contra el cambio climático.
La votación fue aprobada con holgura, a pesar de las críticas de algunos países, sobre todo de Estados Unidos y Reino Unido.
La resolución, que se debatió por primera vez en la década de 1990, no es jurídicamente vinculante, pero tiene el potencial de dar forma a las normas mundiales.
El texto, propuesto por Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza, fue aprobado con 43 votos a favor y 4 abstenciones de Rusia, India, China y Japón, lo que provocó un raro estallido de aplausos en el foro de Ginebra.
Reino Unido, que estuvo entre los críticos de la propuesta en las últimas negociaciones, votó a favor en un movimiento sorprendente de última hora. Estados Unidos no votó, ya que actualmente no es miembro del Consejo de 47 miembros.