El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, depositó este sábado una corona de flores a las puertas de la iglesia de Leigh-on-Sea (este de Inglaterra) donde el viernes fue asesinado su colega David Amess mientras atendía a sus electores.
Johnson acudió a la localidad del condado de Essex, a las afueras de Londres, acompañado de la ministra del Interior, Priti Patel, y también asistieron el líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, y el presidente de la Cámara de los Comunes (baja), Lindsay Hoyle.
Todos presentaron sus respetos ante la iglesia metodista de Belfairs, donde cada viernes Amess recibía a los miembros de su circunscripción, y se marcharon después en sus respectivos vehículos.
Posteriormente, Patel hizo declaraciones en la comisaría de la población vecina de Southend, cuando dijo que su colega, “un hombre del pueblo”, falleció “haciendo lo que amaba”. Sucesos como este “no deben impedir el funcionamiento de la democracia”, añadió.
La ministra recordó que ha ordenado una revisión de las medidas de seguridad de los diputados, que serán contactados por agentes, para garantizar su protección mientras llevan a cabo “sus deberes como representantes electos”.
Patel opinó que los encuentros cara a cara de los parlamentarios con sus electores, algo habitual en el Reino Unido, “deben continuar”.
“No podemos dejarnos intimidar por ningún individuo o motivación, que nos impida funcionar para servir a nuestra democracia electa”, manifestó.
La clase política británica está conmocionada tras el asesinato a puñaladas del “tory” de 69 años, por el que ha sido detenido un británico de origen somalí de 25 años en un suceso que la policía considera un acto de terrorismo.
Numerosos diputados han pedido que se revisen sus medidas de seguridad y se plantean si pueden seguir recibiendo en persona a los ciudadanos, lo que suelen hacer periódicamente en locales de su comunidad.