Joe Biden, el presidente de los Estados Unidos dio a conocer un plan de gastos calculado en 1.75 billones de dólares, y negociado con los demócratas del Congreso federal, concentrado en invertir en la sociedad trabajadora de su país y en la infraestructura.
“Tenemos meses negociando este marco histórico para crear millones de nuevos empleos, que invertirá en nuestra gente, combatirá el cambio climático y nos pondrá en el camino de la competitividad con otras economías como la de China”, declaró Biden en la Casa Blanca.
Antes de salir para Italia y Gran Bretaña donde participará en foros mundiales sobre cambio climático y economía, además de reunirse en Roma con el Papa, Francisco, el mandatario estadunidense explicó los objetivos centrales del llamado Plan de Rescate Americano.
“Durante los próximos 10 años este proyecto (presupuestal que debe ser aprobado por el Capitolio para ser instrumentado como ley) no incrementará el déficit, por el contrario, está diseñado y negociado para reducirlo”, afirmó el presidente.
Efectivamente, como lo destacó Biden, la Casa Blanca pasó varios meses negociando con legisladores demócratas dueños de la mayoría representativa en ambas cámaras del Capitolio y con algunos republicanos, para lograr un consenso en el programa de gastos.
El mandatario aceptó que, aunque las partes no obtuvieron lo que querían en sus propuestas originales, se logró un consenso con la mayoría demócrata que por ese dominio tiene en sus manos el poder de aprobar el plan de gastos e inversiones.
“No podemos competir en el siglo XXI si no invertimos en nuestra gente”, clamó el presidente Biden aludiendo a que el proyecto se concentra en otorgar subsidios tributarios e inversiones a la clase media y en otorgar mejores servicios públicos a las personas jubiladas.
“No se trata de una competencia entre moderados y progresistas, se trata de un plan de inversiones para la competitividad que se enfrenta a la complacencia para que Estados Unidos pueda seguir liderando al mundo”, sostuvo el presidente Biden.