Nueva Zelanda comenzó a enviar por mar agua potable a Tonga ya que los aeropuertos aún están cubiertos de ceniza, además el archipiélago estará incomunicado al menos un mes por la ruptura de un cable submarino después de la erupción del volcán el sábado pasado.
La Alta Comisión de Nueva Zelanda en Tonga reportó que las compañías a cargo del cable submarino creen que la línea se rompió a unos 35 kilómetros de las costas, lo que dejó sin comunicación al archipiélago con el exterior.
El organismo neozelandés indicó que logró establecer un sistema provisional de telefonía móvil con conexión 2G, aunque con una capacidad “limitada e irregular”, además se logró restablecer parte del sistema eléctrico.
Agua salada y ceniza contamina agua potable en Tonga
La Cruz Roja dijo que sus equipos en Tonga confirmaron que el agua salada procedente del tsunami y las cenizas están contaminando el agua potable de decenas de miles de personas.
“Garantizar el acceso al agua potable es una prioridad crítica e inmediata (...) ya que hay un riesgo creciente de enfermedades como el cólera y la diarrea”, dijo Katie Greenwood, de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Nueva Zelanda dijo que Tonga, uno de los pocos países libres de Covid-19, aceptó recibir dos de sus barcos, el Aotearoa y el Wellington, pese a la preocupación por la importación de un brote del virus que agravaría su crisis.
Simon Griffiths, capitán del Aotearoa, dijo que su barco transporta 250 mil litros de agua, junto con otros suministros, y tiene capacidad para producir otros 70 mil litros al día.
Reportan destrucción total en islas de Tonga
Tras la erupción del volcán marino el sábado pasado, los habitantes de las islas de Mango y Fonoifua fueron evacuados a otras islas menos afectadas.
En Mango no quedó ninguna casa en pie, mientras que en Fonoifua sólo resistieron dos, mientras que la infraestructura de la isla de Atata también quedaron totalmente destruidas.
El ministro de Defensa de Nueva Zelanda, Peeni Henare, destacó la “falta de color” descrita en los informes de las Fuerzas Aéreas que han sobrevolado las zonas más afectadas del archipiélago.
“Uno imagina islas del Pacífico con... el color vivo de la arena y las playas. Todo está muy gris y apagado por culpa de la ceniza ”, indicó el ministro en declaraciones recogidas por Radio Nueva Zelanda.