DATOS DUROS

Según la OECD, de sus países miembros, en México los servicios de comunicación son los segundos más caros; pero con los salarios más bajos. Por su parte, la Comisión Federal de Competencia, en adelante CFC, declaró que las tarifas de interconexión en nuestro país son 43.5 por ciento mayor a las de otros países: sólo ese porcentaje representa 6 mil millones de dólares anuales que los consumidores mexicanos le estamos transfiriendo a las empresas de Carlos Slim.

De tal manera que cualquier empresa establecida en nuestro país enfrentará un sobre precio en el servicio de las telecomunicaciones en comparación de sus contrapartes de otros países. Por su parte, quien está buscando invertir para generar nuevas fuentes de empleo, si selecciona a nuestro país, tendrá que contemplar que enfrentará tarifas de telecomunicación muy altas; quizás la compensación venga en que los salarios que pague sean de miseria. Así lo que ganan los empresarios oligopolistas lo pierden el resto de los componentes de la economía: amas de casa, trabajadores, otros empresarios, estudiantes, es decir, todos los consumidores. En conclusión, las altas tarifas de interconexión que cobran las empresas de Slim son un obstáculo para el resto de la economía.

MONOPOLIOS NATURALES

Existen ciertas actividades económicas que por sus características generan monopolios, por ejemplo la construcción de autopistas, donde es necesaria la destrucción de miles de hectáreas de flora y fauna y por el monto del capital requerido, resulta inalcanzable para la mayoría de los ciudadanos. Además, se tiene que contar con la autorización de la Secretaría de Ecología, Comunicaciones y Transportes, entre otras. En caso que el dueño de esa autopista quiera imponer una tarifa a su gusto, la autoridad deberá impedírselo y autorizar una cuota de peaje que permita recuperar la inversión y tener una ganancia razonable. Si el concesionario pretende cobrar lo que se le dé la gana argumentando: si no les gusta, que construyan su propia autopista. Es una falacia porque bien saben que no es posible.

EL CASO SLIM

Slim, sus empleados más cercanos y algunos de los medios de comunicación a su servicio argumentan que si a las empresas rivales no les parece la tarifa de interconexión que se cobra, que inviertan y generan su propia infraestructura; pero eso no es posible por varias razones: 1) Para competirle es necesario contar con una concesión, las cuales están restringidas; 2) El capital requerido para construir esta infraestructura es prácticamente inalcanzable para el común de los mexicanos, y si alguien decidiera hacerlo, le llevaría varios años ; 3) La fibra óptica en muchos casos está en espacios públicos, y se necesitan para instalarla innumerables permisos de la autoridad municipal, estatal, el INAH y en ocasiones hasta de la UNESCO: sería necesario abrir las banquetas y calles del centro histórico de la Ciudad de México, Morelia, Querétaro, Guadalajara, etc.; se generaría caos vial y peatonal, contaminación, daño al comercio, a la economía y a la ciudadanía. En el resto del mundo, los demás operadores pueden usar la infraestructura de la competencia y un organismo autónomo; si no hay acuerdo entre las partes, impone la tarifa; y, 4) Si el Sr. Slim no cree en la intervención de la autoridad, ¿por qué aceptó gustoso que se protegiera Telmex? Cuando recién la adquirió, estuvo prohibida la competencia por varios años en el servicio de telefonía local y por diez años en el servicio de larga distancia. Por todas esas razones es necesario que no se le permita a Slim ni a nadie que tenga un monopolio o poder dominante en un sector estratégico de la economía -eso incluye naturalmente a las televisoras, a Pemex y sindicatos, etc.- imponer el precio que se le antoje, ya que se convierte en un lastre para la economía de los demás.

ES COMO QUITARLE UN PELO AL GATO

Como han sido reincidentes las prácticas monopólicas de las empresas de Slim (comunicados CFC 04-2009 y 02-2010), hace bien la CFC en sancionarlo; pero muy mal, en ponerle una multa de únicamente 12 mil millones de pesos ya que tan sólo esa práctica le representa de beneficios adicionales en un año, 6 mil millones de dólares; así desde que se presentó la denuncia en 2006 hasta la fecha, él habrá ganado 30 mil millones de dólares y se le está quitando menos del 4 por ciento. En 2006, el monto de su fortuna personal, según Forbes, fue de 30 mil millones de dólares y para el 2010 cerró en 74 mil millones de dólares, es decir, la incrementó en 44 mil millones de dólares.

Seguramente veremos que se amparará para no pagar esa sanción; hará uso de todo el poder del dinero, contratando a los mejores profesionales disponibles; intimidará a los jueces, y amenazará a los políticos y a los partidos de que ya no les va a financiar sus campañas políticas. Todavía se recuerdan las visitas de Slim a la Comisión de Competencia en los 90´s y en el sexenio de Fox para que no se le iniciara investigación alguna; si el comisionado insistía, inmediatamente llamaban de la presidencia de la república, de la Cámara de Diputados y Senadores.

CANCELARLE LAS CONCESIONES Y LIQUIDARLO

Dado que ha incurrido en reiteradas ocasiones en prácticas monopólicas tanto en telefonía móvil y fija, existen elementos para cancelarle las concesiones en ambos segmentos. Las nuevas empresas: se sugiere que sean un 49% propiedad pública y un 51% de manos privadas, para que siga operando con criterios de rentabilidad y evitar el caos y corrupción que tenía la telefonía cuando era del Estado. Sería conveniente que cada uno de los que contara con una línea -fija o móvil- tuviera una mínima participación accionaria, como originalmente funcionó Telmex. Slim y socios adquirieron el 20% de la empresa de telefonía, con 1,700 millones de dólares. Algunos dicen que parte de esa cantidad se obtuvo de las mismas utilidades que estaba dejando la empresa –pero olvidando ese detalle y que además Harp Helú, primo del Carlos Slim, sostiene que la subasta donde se determinó ganador a Slim y socios no fue clara. Incluso hubo una broma muy popular en los 90: cómo se dice prestanombre de Carlos Salinas en árabe, y decían pues Carlos Slim. Así, una vez canceladas las concesiones, se tendría que liquidar los 1,700 millones de dólares originales; contemplando un rendimiento del 6 por ciento anual, muy superior al crecimiento de la economía nacional y mundial o de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, se le deberían devolver algo así como 5 mil 8 cientos millones de dólares.

¿Usted qué cree que harían ante una situación como ésta héroes de la talla de Morelos, Zapata o el emperador Cuauhtémoc, o presidentes que dejaron una profunda huella con sus acciones como Benito Juárez, Porfirio Díaz o Lázaro Cárdenas: ¿Le tendrían miedo, permitirían que los amenace con llevarse su capital a otro país o simplemente porque un juez corrupto con argumentos legaloides no permita que se le sancione se quedarían cruzado de brazos?

Comentarios o consulta de artículos previos en www.poderydinero.com.mx o http://www.launion.com.mx/columnas/columnistas/el-poder-del-dinero Estimados lectores, nos vemos en este espacio hasta el lunes 2 de mayo. Nos tomaremos las vacaciones de Semana Santa, gracias.