Los países de Europa Central se están preparando para una nueva afluencia de refugiados de Ucrania, lo que podría poner a prueba su capacidad para albergar, dar estudio y trabajo al creciente número de mujeres y niños, que son los que en su mayoría escapan de la guerra.
Si bien el flujo de personas a través de las fronteras orientales de la Unión Europea ha disminuido, los trabajadores humanitarios dicen que los recientes ataques con misiles rusos contra objetivos militares en Leópolis pueden alentar a más personas a abandonar la ciudad, ubicada a solo 60 kilómetros de la frontera con Polonia (país miembro de la OTAN).
“Recibimos noticias de Leópolis (…) de que es probable que se haya reunido una gran cantidad de autobuses que podrían llegar mañana o pasado”, dijo Regina Slonicka, una periodista que ahora trabaja como voluntaria en la estación de trenes de Varsovia.
“Así que nuevamente tendremos una gran necesidad de ayuda”, agregó.
Desde que Rusia invadió a su vecino el 24 de febrero, los combates han desplazado a más de 10 millones de personas y han obligado a casi 4 millones a huir de Ucrania en la mayor crisis de refugiados de Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial, según la agencia de refugiados de la ONU.
Más de la mitad de los refugiados que llegan a la Unión Europea lo han hecho a través de Polonia, hogar de la comunidad ucraniana más grande de la región con alrededor de 1,5 millones de personas, antes de la guerra. Otros han venido a través de Rumania, Eslovaquia y Hungría.
En una recepción de refugiados en Varsovia, el comisario de Empleo y Asuntos Sociales de la UE, Nicolas Schmit, elogió a Polonia por absorber a tantos refugiados y prometió más apoyo para ayudar a los esfuerzos del país.
“La solidaridad debe tener una dimensión concreta”, dijo Schmit. “Debe basarse en el compromiso de apoyo de toda Europa, incluido el apoyo financiero. Europa no dejará sola a Polonia ante este reto”.
Los ministros del Interior de la UE se reunieron en Bruselas el lunes para discutir la coordinación para el asentamiento de refugiados, incluido el apoyo financiero y de otro tipo para los estados miembros que los reciben.
Muchos refugiados también se han asentado en la República Checa, a menudo uniéndose a amigos y familiares que vivían allí antes de la guerra. Los checos han emitido más de 236.000 visas desde el comienzo del conflicto bélico, pero las autoridades dicen que el número real de refugiados es mayor.