Tres años después del incendio que la devastó, la catedral de Notre Dame de París ha recuperado su blancura original gracias al trabajo diario de un ejército de artesanos y se espera que pueda reabrir sus puertas en 2024.
“El desempolvado y la limpieza del interior de las bóvedas, de los muros y del suelo”, que deberían concluir en breve, así como la preparación de las bóvedas para su reconstrucción, “han devuelto a la catedral su blancura original”, afirma el organismo público encargado del proyecto de restauración.
El tercer aniversario del incendio se cumple el próximo viernes. Antes del incendio, la catedral recibía casi 12 millones de visitantes, se hacían 2 mil 400 misas y 150 conciertos al año.
El 15 de abril de 2019, un gigantesco incendio asoló esta obra maestra del arte gótico, provocando el derrumbe de su armazón, su famosa aguja, su reloj y parte de su bóveda, arrasada por las llamas, ante la mirada atónita de millones de personas en todo el mundo.
El enorme agujero que quedó en el edificio ha sido sustituido por andamios que también cubren los laterales.
Los titánicos trabajos comenzaron en abril de 2019 con las tareas para asegurar la estabilidad del edificio, entre ellas la colocación de cimbras en los 28 contrafuertes, el desmantelamiento de los andamios que rodeaban la aguja, la retirada de escombros o la descontaminación de las 450 toneladas de plomo, que en parte fueron a parar a la atmósfera.
Este “etapa importante” se llevó a cabo bajo importantes medidas de seguridad y se completó a mediados de 2021, con un coste total de 151 millones de euros (163 millones de dólares).
La catástrofe provocó una ola de generosidad sin precedentes, con casi 844 millones de euros (913 millones de dólares) en donaciones hasta ahora, procedentes de 340.000 donantes de 150 países, según el organismo público encargado del proyecto de restauración.
Paralelamente a las obras en la catedral, continúan los trabajos de restauración en talleres artesanales de toda Francia.
Con información de AFP