El Ejército israelí bombardeó objetivos de Hamas, en la Franja de Gaza, como respuesta al cohete lanzado ayer desde el enclave que fue interceptado por el sistema antimisiles de Israel, en un contexto de creciente tensión en la zona.
“En respuesta a ese ataque, la aviación israelí atacó una instalación de fabricación de armas en Gaza de la organización terrorista Hamas”, indicó en un comunicado un portavoz militar.
Aunque ninguna milicia palestina reivindicó el lanzamiento de cohetes -fueron dos aunque uno cayó dentro del enclave-, Israel indicó que considera al movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto la Franja desde 2007, “responsable de cualquier actividad terrorista que salga de Gaza”.
El ataque israelí se produjo al este de la ciudad de Khan Younis, al sur de Gaza, donde se escucharon varias explosiones, sin que de momento se hayan reportado heridos, según fuentes palestinas.
Funcionarios de seguridad palestinos en Gaza confirmaron que los aviones de combate israelíes llevaron a cabo siete ataques aéreos sucesivos en la instalación que fue evacuada poco antes del bombardeo, que se utiliza para entrenamiento militar.
Las Brigadas Al-Qassam, el brazo armado de Hamas, indicaron en un breve comunicado que sus militantes dispararon misiles tierra-aire contra los aviones de combate israelíes y los obligaron a abandonar el aire de la Franja de Gaza.
Hazem Qassem, portavoz de Hamás en Gaza, dijo que los ataques aéreos en el sur del enclave “fueron un gran fracaso”, y agregó que “las instalaciones estaban vacías y no hubo heridos ni muertos”.
“Es un intento fallido de evitar que el pueblo palestino resista la ocupación y defienda la ciudad de Jerusalén y la mezquita de Al Aqsa”, apuntó Qassem, ya que la creciente tensión entre israelíes y palestinos ha alcanzado en los últimos días el punto caliente de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, donde los choques más graves se produjeron el pasado viernes, dejando más de 150 palestinos heridos y 3 agentes de policía israelíes, además de cientos de detenidos.
En las últimas semanas, se ha producido una ola de violencia tanto en Israel como en Cisjordania ocupada, con una serie de ataques palestinos, redadas violentas de la fuerzas del orden israelíes, cargas policiales y enfrentamientos entre palestinos e israelíes, episodios en los que han muerto 40 personas, 26 palestinos y 14 israelíes.
Este nuevo repunte de violencia se inició el pasado 22 de marzo cuando cuatro civiles israelíes murieron en un ataque con cuchillo y atropello en la ciudad de Beer Sheva, en el sur del país, perpetrado por un israelí de origen beduino y reivindicado por primera vez en Israel por el Estado Islámico.
Con información de EFE.