El gobierno de Finlandia anunció ayer su intención de entrar en la OTAN y en Suecia, el partido gobernante, socialdemócrata, dio su visto bueno a una candidatura, allanando el camino a una petición conjunta de adhesión.
Menos de tres meses después del inicio de la invasión de Ucrania lanzada por Rusia, el anuncio de Helsinki marca un giro en la política de no alineamiento de Finlandia, sostenida durante más de 75 años.
El parlamento finlandés debe examinar hoy el proyecto de adhesión, pero se estima que una gran mayoría apoya la iniciativa.
Una candidatura conjunta con Finlandia es "lo mejor para Suecia y su seguridad", afirmó la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, tras la reunión en Estocolmo.
Hoy, Andersson irá al Congreso para "asegurarse un amplio apoyo parlamentario".
Después, el gobierno sueco tomará su decisión, que supondría un cambio a más de 200 años de políticas que han dejado al país escandinavo al margen de alianzas militares, reconoció.
El movimiento causó divisiones dentro del Partido Socialdemócrata, donde algunas voces denuncian una decisión precipitada.
Pero, si la candidatura de Suecia fuera aprobada, los socialdemócratas trabajarían para expresar sus "reservas unilaterales contra el despliegue de armas nucleares y bases permanentes en territorio sueco", indicó la formación.
Ataques continúan su paso
Las líneas del frente en la guerra de Ucrania cambiaron ayer cuando Rusia avanzó en la ferozmente disputada región oriental de Donbás y el Ejército de Ucrania libraba una contraofensiva cerca de la estratégica ciudad rusa de Izium.
A poca distancia de la ciudad nororiental de Járkov, donde las fuerzas ucranianas han estado atacando desde principios de este mes, los comandantes dijeron que creían que Rusia había estado retirando tropas para reforzar posiciones alrededor de Izium al sur.
Funcionarios militares occidentales opinaron que la campaña militar que Moscú lanzó allí después de que sus fuerzas no lograron tomar Kiev, se había ralentizado.