Este viernes se celebró el Servicio de Acción de Graciaspor el Jubileo de Platino de la Reina Isabel II. Sin embargo, gran parte de la atención se centró en el príncipe Harry y su esposa Meghan, que hacen su primera aparición pública desde que abandonaron sus funciones reales.
El nieto de la reina, junto con su esposa, arribaron a la Catedral de San Pablo de Londres para el servicio. Esta es la primera vez que se les ve juntos en evento público en Reino Unido desde que se alejaron de la corona hace dos años.
A su llegada al evento, donde se rindió homenaje a los 70 años de la soberana en el trono, el matrimonio fue recibido con algunos abucheos.
Anteriormente, la pareja se trasladó a Estados Unidos para llevar una vida más independiente, y desde entonces ha lanzado algunos ataques contra el Palacio de Buckingham y la familia real. Incluso llegaron a acusar a algunos miembros de racismo.
Harry y Meghan concedieron una entrevista a Oprah Winfrey el año pasado en la que, entre otros temas, abordaron el racismo, la salud mental y el tratamiento que les han dado los medios de comunicación y otros miembros de la familia real británica.
La conversación se tornó polémica más tarde por supuestas “preocupaciones” por el color de la piel del hijo de los duques, Archie. La presentadora de televisión matizó horas más tarde que ni la reina Isabel II ni su marido, el príncipe Felipe, hablaron nunca con la pareja sobre el color de la piel del bebé.
Ante esto, la Casa Real británica se declaró “preocupada” por las acusaciones de racismo vertidas en la entrevista y subrayó que las aseveraciones tenían que tomarse “muy en serio”, asegurando que la familia las abordaría “de forma privada”.
Desde entonces, el príncipe ha hecho pocos viajes públicos a Reino Unido. En abril de 2021, fue al funeral de su abuelo, el príncipe Felipe, y el verano pasado regresó para develar una estatua de su difunta madre, la princesa Diana.
Asimismo, en abril de este año, los duques de Sussex, visitaron a la reina por primera vez en dos años, en una escala en Londres de camino a los Juegos Invictus,en Países Bajos.
La Reina no pudo asistir este viernes al servicio y lo presenció desde su casa del castillo de Windsor debido a la reaparición de “problemas de movilidad episódicos“. Su hijo y heredero, el príncipe Carlos, de 73 años, la representó.
Tras el servicio, se celebró una recepción en el Guildhall, ofrecida por el alcalde de la ciudad de Londres, a la que asistieron algunos miembros de la realeza y políticos.