Siete de cada 10 estadounidenses no quieren que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aspire a la reelección, indicó este viernes una encuesta, según la cual un tercio de esos ciudadanos cree que es demasiado mayor.
El sondeo elaborado conjuntamente por el Centro de Estudios Políticos de la Universidad de Harvard y por The Harris Poll apunta que Biden es visto como un mal mandatario por el 45% de quienes no desean que siga en la Casa Blanca tras las presidenciales de 2024.
Biden, de 79 años, solo recibiría además un apoyo del 30% entre los demócratas en las primarias de su propio partido.
Su predecesor, el republicano Donald Trump, de 76 años, recaba un descontento similar: un 61% no querría verle otra vez al frente del país tras su mandato de 2017 a 2021.
Un 33% de quienes no lo respaldan creen que dividiría el país y consideran que fue responsable de instigar el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, cuando una turba de sus seguidores irrumpió allí mientras se celebraba una sesión conjunta de las cámaras para ratificar la victoria de Biden en los comicios de noviembre anterior.
Esta encuesta fue publicada el mismo día que otra recalcó que, en caso de que ambos se presentaran de nuevo al cargo en 2024, habría prácticamente un empate en las urnas.
Según ese sondeo, en este caso de la universidad privada Emerson College, ubicada en Boston, Biden recabaría el 44% de los sufragios y Trump, 39%, pese a que solo un 40% de encuestados considera que el actual mandatario está haciendo un buen trabajo.
Biden no descarta intentar revalidar su cargo: “No me preocupan las elecciones legislativas (de noviembre) o si generan más obstrucción partidista. Estoy seguro de que podremos solucionarlo en los seis años que me quedan en la Presidencia”, dijo el pasado 30 de abril en la tradicional cena de corresponsales de la Casa Blanca.
Biden se impuso a Trump en los comicios del 7 de noviembre de 2020 con 306 votos electorales, frente a los 232 de Trump, y fue investido el 20 de enero de 2021 en una ceremonia en la que Trump se convirtió en el primer presidente saliente en no acudir a la investidura de su sucesor.