Manifestantes que reclamaban la renuncia del presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, se abrieron paso el sábado hasta su residencia oficial y su oficina, según reportes de televisoras locales.
Miles de personas tomaron las calles en la capital, es la mayor muestra de descontento hasta ahora contra un líder al que consideran responsable de la peor crisis económica del país en la memoria reciente.
No estaba claro si Rajapaksa se encontraba en su residencia de Colombo, pero imágenes grabadas por celulares y difundidas en internet mostraban una multitud en la casa fortificada y en los terrenos exteriores. Algunos se bañaron en la piscina y otros celebraban con alegría.
Un vocero del gobierno, Mohana Samaranayake, dijo que no tenía información sobre el paradero de Rajapaksa.
La economía de Sri Lanka ha colapsado y trata de persistir con ayuda de India y otros países mientras sus líderes intentan negociar un rescate del Fondo Monetario Internacional. El desastre económico ha provocado grave escasez de artículos esenciales y la gente tiene problemas para conseguir comida, combustible y otros productos básicos.
La crisis ha provocado protestas durante meses, que prácticamente han desmantelado la dinastía política Rajapaksa que ha gobernado Sri Lanka durante la mayoría de las dos últimas décadas.
El hermano mayor del presidente renunció en mayo a su cargo de primer ministro tras protestas violentas que le hicieron buscar refugio en una base naval. Otros tres familiares habían dejado sus puestos anteriores en el gobierno.
Buena parte de la indignación pública se ha centrado en la familia Rajapaksa, a la que los inconformes acusan de llevar a Sri Lanka al caos con una mala gestión y supuesta corrupción.
Un nuevo primer ministro, Ranil Wickremesinghe, tomó el relevo en mayo para ayudar a sacar a su país de la crisis.
Entre tanto, Rajapaksa se ha aferrado al poder pese a las crecientes peticiones de que renuncie.
Cientos de manifestantes, algunos con banderas nacionales, entraron también en la oficina del presidente en un edificio cercano, según imágenes de televisión. Los manifestantes culpan a Rajapaksa de las dificultades económicas y llevaban tres meses acampados en la entrada del edificio de su oficina para pedir su renuncia.
Imágenes en medios sociales mostraban a cientos de manifestantes que corrían a la casa del presidente y coreaban “Gota váyase a casa”, empleando el apodo del mandatario.
Docenas de personas se bañaban en la piscina, paseaban por el lugar y veían la televisión.
Fuera del edificio se veían barricadas volcadas y una bandera negra ondeaba en un poste.
En la oficina del presidente, el personal de seguridad intentó detener a la gente que sobrepasó las cercas y allanó el edificio del parlamento de la era colonial, que se ha convertido en la oficina del presidente.
Al menos 34 personas, incluidos dos policías, resultaron heridas en escaramuzas cuando los manifestantes intentaban entrar en la residencia.
Dos de los heridos estaban graves, mientras que los demás sufrieron lesiones leves, según un trabajador en el Hospital Nacional de Colombo que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a los medios.
Miles de personas habían llegado el sábado a la capital, Colombo, desde los suburbios después de que la policía levantar el toque de queda nocturno. Ante la escasez de recursos, muchos abarrotaron trenes y autobuses para llegar a las protestas, mientras que otros arribaron en bicicletas y a pie.
Wickremesinghe, dijo el mes pasado que la economía del país ha colapsado. Las negociaciones del gobierno con el Fondo Monetario Internacional han sido complejas porque Sri Lanka entra en las conversaciones como estado en bancarrota.
Colombo anunció en abril que suspendería los pagos de deudas internacionales debido a falta de divisas. Su deuda exterior asciende a 51.000 millones de dólares, de los que debe pagar 28.000 millones para finales de 2027.