Este jueves 28 de julio de 2022, terminarán los recursos naturales disponibles para el resto todo el año; hoy fue designado el Día de Sobrecapacidad de la Tierra, por lo que se espera que de aquí a final de 2022, el planeta se encuentre en números rojos.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), señala que para cubir el ritmo de consumo requerido por la humanidad en todo un año, se necesasitan los recursos que pueden dar casi dos Tierras, concretamente 1.75.
El Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, fue creado por esta organización para denunciar la fuerte demanda de recursos y servicios ecológicos que la humanidad que nuestro planeta no podrá regenerar en ese año.
La fecha fue calculada por la Global Footprint Network, una organización que ofrece un amplio número de herramientas que ayudan a la economía humana a operar dentro de los límites ecológicos de la Tierra. Estás analizan la evolución mundial en dos parámetros:
Biocapacidad, es decir la capacidad de regeneración biológica.
Huella ecológica, es decir la demanda de recursos.
WWF informó que no todos los países tienen el mismo nivel de consumo, ejemplo de ellos es Qatar, que necesitaría 9 planetas, frente a los 5,1 de Estados Unidos. Otro caso es el de España que necesita 2,8 planetas, muy lejos de los 0,3 que requiere Yemen.
La Tierra ha perdido un tercio de los manglares que existían
Los manglares constituyen una primera línea de defensa natural frente a fenómenos marinos adversos y, además, son importantes sumideros de carbono pero están en retroceso: el planeta ha perdido un tercio de los que existían, han alertado a EFE científicos y conservacionistas.
El análisis del 2021 de la alianza internacional de organizaciones ecologistas Global Mangrove Alliance (GMA) muestra que estos ecosistemas marinos costeros –con una extensión de cerca de 140 mil kilómetros cuadrados km2 en zonas tropicales y subtropicales- protegen frente a la erosión, el oleaje y el aumento del nivel del mar y reducen el riesgo de inundación.
Según los cálculos de GMA previenen daños a la propiedad por valor de más de 64 mil millones de euros anuales a unos 15 millones de personas.
Además, son capaces de capturar altas tasas de carbono, hasta el punto de que “una hectárea de manglar fija cien veces más carbono que otra de bosque tropical”, ha explicado Ricardo Aguilar, director de expediciones de Oceana Europa.
Otra de sus ventajas es que sus raíces funcionan como hábitats para cría de moluscos, peces y crustáceos, por lo que aproximadamente un tercio de las pesquerías de pequeña escala dependen de su existencia.
Octavio Aburto, profesor investigador en ecosistemas marinos del Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de California en San Diego, ha certificado que “muchas de esas especies no sobrevivirían sin los manglares”.
Pese a todos sus beneficios, esta especie se halla en retroceso: el análisis de la GMA identificó pérdidas de manglar en un 10.8 por ciento -más de 15 mil km2- sólo entre 1996 y 2016 y concluyó que el 60 por ciento de esas pérdidas –sobre todo en sus hábitats más habituales: el sureste asiático, Centroamérica y el Caribe- se debieron al impacto humano a través del desarrollo costero, la acuicultura y la deforestación.
De acuerdo con los expertos consultados por EFE con motivo del día internacional de los manglares que se conmemora este martes, entre las mayores amenazas para este ecosistema marino figura el desarrollo turístico, que implica una pérdida del 3 por ciento del total mundial.
México, por ejemplo, perdió cerca de diez mil hectáreas en el año 2020 "en zonas como Nayarit o Quintana Roo” ha asegurado Miguel Rivas, director de la campaña Hábitat de Oceana México.
Sin embargo, la primera causa de pérdidas directas, con un 47 por ciento, es el crecimiento de la acuicultura de peces y camarones, mientras que la extracción de carbón y madera, la tala y las plantaciones de palma es responsable de otro 12 por ciento.
La tasa de deforestación ha disminuido en el último decenio pero siguen desapareciendo ejemplares, si bien de manera "fragmentada, no bosques completos, lo que hace que su situación no se vea tan urgente”, ha indicado Aburto.
Otro problema es cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos, ha añadido Aguilar, ya que, según estimaciones del IPCC, la vegetación costera perderá hasta un 44 por ciento de su superficie de aquí a 2080 si se produce un aumento del nivel del mar de entre 36 y 72 cm.
“Cerca del 42 por cento de todos los manglares perduran en Áreas Naturales Protegidas”, ha añadido Rivas, aunque “desafortunadamente, no todas cumplen con los estándares nacionales de protección, ya que también hay pérdidas debidas a un manejo ineficaz o a la falta de regulación adecuada”.