La tormenta tropical Nalgae ha dejado hasta el momento 98 muertos según reportes locales, se estiman decenas de personas desaparecidas, algunas posiblemente fueron sepultadas por un deslave.
Además de los desaparecidos y muertos, se estiman más de un millón de afectados por las inundaciones en varias localidades. Al menos 53 de los 98 fallecidos, eran originarios de Maguindánao, Bangsamoro, localidad que resultó afectada por lluvias inusualmente intensas desatadas por el paso de la tormenta.
Un gran contingente de rescatistas con bulldozers y retroexcavadoras reanudaron las labores de recuperación en la localidad sureña de Kusiong, en Maguindánao, donde se teme que entre 80 y 100 personas, incluyendo familias completas, hayan quedado enterradas a consecuencia de un deslave o arrastradas por las inundaciones repentinas que comenzaron el jueves por la noche, declaró Naguib Sinarimbo, ministro del Interior de una región autónoma musulmana gobernada por ex guerrilleros separatistas bajo un acuerdo de paz.
La principal agencia gubernamental para la respuesta a desastres también reportó que 69 personas resultaron heridas y hay al menos 63 desaparecidos.
La tormenta afectó a más de 1 millón de personas, incluyendo más de 912.000 residentes que huyeron hacia albergues o casas de familiares. Más de 4.100 viviendas y 16.260 hectáreas de arroz y otros cultivos resultaron dañados por las inundaciones en un momento en que el país se alista para una inminente crisis alimentaria a causa de las afectaciones globales en los suministros, indicaron las autoridades.
Sinarimbo dijo que la cifra oficial de desaparecidos no incluía a quienes se teme estén desaparecidos en el enorme alud que azotó Kusiong, porque podría haber familias enteras sepultadas, sin nadie que pudiera proporcionar nombres y detalles a las autoridades.
Afectaciones en Filipinas a pesar de señales de advertencia
La catástrofe en Kusiong, poblado en su mayoría por la minoría étnica teduray, fue especialmente trágica porque sus más de 2 mil habitantes efectuaron simulacros de preparación para desastres cada año durante décadas; con el fin de estar listos en caso de un tsunami. Pero no estaban preparados para los peligros que podían provenir del monte Minandar, dijo Sinarimbo. El poblado se encuentra en sus faldas.
“Cuando las personas escucharon las campanas de advertencia, corrieron y se reunieron en una iglesia en terreno elevado”, le dijo Sinarimbo a AP, el sábado, citando versiones de pobladores de Kusiong.
“El problema fue que no fue un tsunami lo que los inundó, sino la gran cantidad de agua y lodo que descendió de la montaña“, señaló.
En agosto de 1976, un terremoto de magnitud 8,1 y un tsunami subsecuente en el Golfo de Moro ocurridos alrededor de la medianoche dejaron miles de muertos y devastaron localidades costeras en uno de los desastres naturales más letales en la historia de las Filipinas. Desde entonces se llevan a cabo los simulacros.