Las autoridades prorrusas que controlan la ciudadana ucraniana de Jersón han impuesto un toque de queda de 24 horas de duración para la población civil. Los ciudadanos deben abandonar inmediatamente la localidad o permanecer en sus hogares, sin poder transitar por las calles, hasta que dure la medida. El toque de queda se ha decretado como respuesta a la creciente tensión en la zona ante el avance de la ofensiva del ejército de Ucrania en la zona.
El gobernador leal a Rusia, Kirill Stremousov, ha comunicado a través de un vídeo difundido en Telegram que la medida es necesaria en aras de "defender la ciudad de Jersón" de lo que consideran "ataques terroristas". Stremousov ha asegurado durante la mañana de hoy de que columnas de vehículos de las fuerzas ucranianas han sido avistados en áreas cercanas a la línea del frente de guerra y que consideran muy probable que se produzca un inminente ataque. Las autoridades han reconocido que la situación es actualmente complicada en la ciudad.
Por su parte, el presidente Vladimir Putin ha considerado importante que la población abandone las zonas peligrosas de la región ucrania, situada al sur del país. El líder ruso ha aprovechado también para cuantificar en 318.00 el número de personas que voluntariamente se han alistado en las filas rusas, de los cuales ha dicho que 49.000 ya se encuentran llevando a cabo misiones de combate. El resto, se encuentran aún recibiendo formación.
Jersón es la única capital de una región ucraniana que ha caído bajo el dominio de Rusia desde que comenzó la ofensiva el 24 de febrero del pasado año.