El jefe del tribunal electoral de Brasil, Alexandre de Moraes, rechazó el miércoles una demanda de los aliados del presidente Jair Bolsonaro para impugnar las elecciones presidenciales, según un documento judicial.
El expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva derrotó por poco a Bolsonaro en la segunda vuelta de las elecciones del 30 de octubre.
Esto marcó un sorprendente regreso para el expresidente izquierdista y el fin del gobierno más derechista de Brasil en décadas.
El margen de victoria de Lula fue de menos de dos puntos porcentuales.
Moraes, que se desempeña como juez de la Corte Suprema, también multó a los partidos de la coalición de Bolsonaro por una suma de 22,9 millones de reales (4,27 millones de dólares). De acuerdo al documento, la multa responde a lo que el tribunal describió como litigio de mala fe.
El martes, el Partido Liberal (PL) de Bolsonaro presentó una denuncia para impugnar el resultado de las elecciones alegando que algunas de las máquinas de votación electrónica tenían fallas y que esos votos deberían ser invalidados, un argumento que las autoridades electorales recibieron con escepticismo.
Según los términos de la decisión del tribunal electoral del miércoles, se ordenó el bloqueo de los fondos políticos para los partidos de la coalición del presidente hasta que se pague la multa.
El fallo también ordenó una investigación sobre cualquier uso indebido de la estructura y los fondos del partido por parte del líder del PL, Valdemar da Costa Neto.
En el fallo, Moraes calificó el desafío como “ofensivo” a las normas democráticas y agregó que buscaba alentar movimientos criminales y antidemocráticos.
“Las urnas generan archivos que permiten identificar con precisión en qué equipo se generaron. Cuando uno de estos mecanismos deja de funcionar, otros lo reemplazan, sin afectar su trazabilidad y la posibilidad de identificar las urnas”, según la sentencia.
Los expertos electorales y los analistas políticos criticaron el desafío electoral de los aliados de Bolsonaro como débil en cuanto a los méritos, aunque aún podría animar a los partidarios que han estado protestando por su derrota en las urnas.