El 25 de noviembre de cada año se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, como una forma de denunciar la violencia ejercida sobre las mujeres de todo el mundo, así como para reclamar a los gobiernos de todos los países que implementen políticas para su erradicación.
El origen de la fecha tiene que ver con las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal que fueron asesinadas en 1960 por orden del dictador Rafael Trujillo. Las tres eran activistas que luchaban por los derechos de las mujeres en República Dominicana; se puede decir que ese fue el crimen por el que las condenaron a muerte (después de haber sido privadas de la libertad, abusadas sexualmente y torturadas).
Historia
En 1981, el movimiento feminista latinoamericano convocó a que cada año se tomaran acciones para que el asesinato de las hermanas Mirabal no fuera olvidado; después, en 1991 el Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres inició la Campaña de los 16 días de Activismo Contra la Violencia de Género, que propone acciones para su erradicación desde el 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
Fue en 1999 que fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como un día de sensibilización y denuncia sobre la violencia contra las mujeres en el mundo, por lo que la ONU exhortó a gobiernos, organizaciones internacionales y ONGs a tomar acciones para ponerle fin a este problema estructural.
En febrero de 2008 se sumó la campaña global "Únete para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres", lanzada por el entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Cada año la campaña incluye actividades lúdico-formativas que buscan la sensibilización pero de formas sutiles.
El apoyo y la inversión en organizaciones en pro de los derechos de las mujeres y movimientos feministas se considera fundamental para erradicar la violencia de género, por ello, la campaña de la ONU de 2022 lleva como título: “¡ÚNETE! Activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas” y, como en años anteriores, el color naranja se utiliza para representar un futuro mejor, libre de violencia contra las mujeres y las niñas y como tema unificador de todas las acciones globales de la misma.
¿Qué se considera violencia contra la mujer?
En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se define a esta como:
“Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual, patrimonial o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada.
Las modalidades en que se presenta la violencia contra las mujeres son:
Violencia familiar: acto abusivo de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar, o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y sexual a las mujeres, el agresor tiene parentesco por consanguinidad o afinidad (relación sentimental).
Violencia laboral y docente: ejercido por personas que tienen un vínculo laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación jerárquica. Esta violencia consiste en un acto o una omisión que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima, y que impide su desarrollo y atenta contra la igualdad.
Violencia en la comunidad: actos individuales o colectivos que transgreden derechos fundamentales de las mujeres y propician su denigración, discriminación, marginación o exclusión en el ámbito público.
Violencia institucional: actos u omisiones de servidores públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres así como su acceso al disfrute de políticas públicas destinadas a prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar los diferentes tipos de violencia.
Violencia feminicida: la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, se pueden producir en el ámbito público o privado y culmina en formas de muerte violenta de mujeres.
En la actualidad la violencia digital se ha convertido en un nuevo problema a erradicar, toda vez que se caracteriza por la vulneración de derechos a través de los servicios digitales, cuyas consecuencias pueden derivar en daños psicológicos o emocionales importantes, en el ámbito de su vida privada o en su imagen propia.
En México existe la llamada Ley Olimpia que es un conjunto de reformas a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y al Código Penal Federal, que buscan reconocer la violencia digital y sancionar los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales, también conocida como ciberviolencia.
Impulsada por colectivos feministas, desde 2021 la Ley Olimpia es una realidad jurídica en 29 entidades federativas del país.