Desde la cárcel, donde fue internado después de su fracasado intento de disolver el Congreso e instaurar un gobierno de excepción, el expresidente peruano Pedro Castillo aseveró que “no renunciará ni abandonará sus altos (sic) y sagradas funciones”, y tachó de “usurpadora” a Dina Boluarte, quien era su vicepresidenta y asumió el poder después de su destitución.
En una carta redactada a mano y transcrita en sus redes sociales, el expresidente se negó a dar por terminado su mandato; afirmó que está atravesando “el trance más difícil" de su gobierno, pues aseveró que se encuentra “humillado, incomunicado, maltratado y secuestrado”.
Querido pueblo peruano, grandioso y paciente: pic.twitter.com/4IbZbhnM5D
— Pedro Castillo Terrones (@PedroCastilloTe) December 12, 2022
Castillo se encuentra en la cárcel, cada vez más cerca de ser juzgado por los delitos de rebelión, conspiración, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública en agravio de la sociedad.
Apelando al “espíritu de nuestros ancestros”, el político aseveró que se mantiene “incondicionalmente fiel al mandato popular y constitucional que (ostenta) como presidente”, al que no renunciará. Con esta declaración, el expresidente rechazó de facto su destitución, y acto seguido atacó a Boluarte, a quien equiparó con los “mismos mocos y babas de la derecha golpista”.
En su mensaje, Castillo exhortó a sus seguidores a no “caer en su juego sucio de nuevas elecciones”, en referencia a la decisión de Boluarte, ahora presidenta, de adelantar las elecciones generales para abril de 2024.
Después de la destitución y posterior detención de Castillo surgieron protestas en diversas ciudades de Perú para adelantar elecciones, cerrar el Congreso y lanzar un proceso para redactar una nueva constitución; en algunas manifestaciones se registraron enfrentamientos, con un saldo oficial de cinco muertos.