Más de un millón de personas salieron ayer a la calle en Francia en una jornada de huelga contra el proyecto de retrasar la edad de jubilación a 64 años.
De Marsella a Nantes, pasando por París, protestaron contra una reforma que consideran injusta, pero que el gobierno defiende como la única forma de evitar un futuro déficit.
La primera ministra, Élisabeth Borne, destacó el "buen" desarrollo de las protestas, pero no dio muestras de dar marcha atrás: "Sigamos debatiendo y convenciendo", tuiteó.
Pese a que las protestas fueron mayoritariamente pacíficas, en París se produjeron choques con las fuerzas de seguridad. 44 personas fueron detenidas, según la prefectura de Policía.
"Es una reforma, sobre todo, justa y responsable", que fue "democráticamente presentada y validada", defendió el presidente Emanuel Macron.
La huelga nacional provocó una caída de la producción eléctrica y paralizó las entregas de las refinerías TotalEnergies y Esso. La tasa de trabajadores en huelga que son parte del IEG superaba 50%.